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+ 1977 La señal WOW! ¿Una señal extraterrestre?


Fuente: Wikipedia

La señal WOW! Es el nombre por el cual se conoce en círculos astronómicos a una captación de radio que constituiría el único mensaje recibido hasta la fecha que podría tener un origen extraterrestre y haber sido emitido por seres inteligentes.

El 15 de agosto de 1977 a las 23:16, el radiotelescopio Big Ear recibió una señal de radio de origen desconocido durante exactamente 72 segundos proveniente de la zona oeste de la constelación de Sagitario y alcanzando una intensidad 30 veces superior al ruido de fondo.
De acuerdo al protocolo utilizado, esta señal no fue grabada sino que fue registrada por la computadora del observatorio en una sección de papel continuo diseñada para tal efecto. Unos días después, el joven profesor de la Universidad del Estado de Ohio Jerry R. Ehman, que estaba trabajando como voluntario en el proyecto SETI revisando los registros de la computadora, descubrió la señal anómala más intensa que se hubiera detectado hasta entonces por un radiotelescopio. La señal fue conocida como Wow debido a la anotación que Jerry Ehman hizo en el papel continuo, denotando su sorpresa y emoción. La secuencia de dicha señal fue: 6EQUJ5.
En la actualidad aún se investiga si esta señal de radio proviene de una civilización extraterrestre inteligente o de algún satélite que se encontrara dentro del campo de observación del radiotelescopio.
Todos los intentos posteriores de obtener una señal de la misma dirección no han encontrado nada inusual.



Fuente: Ciencia Kanija


SETI@50: La señal Wow!

Señal Wow!
Nota de Ciencia Kanija: Con el motivo de la celebración de los 50 años de SETI el próximo 8 de abril de 2010, procederemos a reproducir a lo largo de los próximos días una serie de artículos publicados en la revista Cosmos relacionados con este proyecto. Dichos artículos incluirán en su título SETI@50 para indicar que son en conmemoración de tal fecha.
La señal más famosa en la historia de SETI se detectó la noche del 15 de agosto de 1977 en el Observatorio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. ¿Ha sucedido algo desde entonces?
Como cada noche, mientras Big Ear buscaba en los cielos una señal alienígena, sus observaciones se grababan en una hoja de papel.
Una larga lista de letras y números era imprimida continuamente, una larga cadena para cada uno de los 50 canales barridos por el telescopio.

Una serie de caracteres parecían registrar una transmisión inusual en la frecuencia del canal 2: “6EQUJ5″ se lee en la lista. Esto sobresaltó al voluntario de Big Ear, Jerry Ehman, profesor de la Universidad Franklin en Columbus, que estaba monitorizando las lecturas aquella noche.
Hizo un círculo sobre el código para poder encontrarlo más tarde y añadió un único comentario en los márgenes “Wow!” La señal entró en la historia de SETI como la “señal Wow!”.
La serie “6EQUJ5″ describía la fuerza de la señal recibida a lo largo de un tiempo corto. En el sistema usado en esa época en Big Ear, cada número del 1 al 9 representaba el nivel de la señal por encima del ruido de fondo.
Para extender la escala, el personal añadió letras, desde la A a la Z representando cada vez niveles de señal más elevados. 6EQUJ5 representaba una señal que crecía en fuerza hasta el nivel “U”, y gradualmente se atenuaba.
En una notación más familiar, la señal se incrementó desde cero a un nivel de 30 “sigmas” por encima del ruido de fondo, y luego bajó de nuevo a cero, todo ello en un intervalo de 37 segundos.
Dos aspectos de la señal captaron inmediatamente la atención de Ehman y del director del proyecto John Kraus, que vio los resultados a la mañana siguiente.
Primero, los 37 segundos eran exactamente el tiempo que necesitaba el rayo de barrido de Big Ear para estudiar un punto dado en el cielo.
Debido a esto, cualquier señal procedente del espacio seguría con precisión el patrón de señal de “Wow!” – incrementándose y decrementando a lo largo de 37 segundos. Esto prácticamente descarta la posibilidad de que la señal fuese el resultado de una interferencia de radio terrestre.
Segundo, la señal no era continua, sino intermitente. Kraus y Ehman lo sabían debido a que Big Ear tenía dos rayos distintos que barrían el mismo área del cielo sucesivamente con varios minutos de separación. Pero la señal sólo apareció en uno de los rayos y no en el otro, indicando que había sido “apagada” entre los dos barridos. Una señal enfocada, potente e intermitente procedente del espacio exterior: ¿podría ser que Big Ear hubiese detectado una señal alienígena?
Durante el mes siguiente al descubrimiento, los operarios de Big Ear tratando repetidamente de reposicionar la señal, pero no fue posible. En 1987 y de nuevo en 1989 Robert Gray lideró búsquedas de la señal Wow! usando el radiotelescopio de 26 metros del conjunto META patrocinado por la Sociedad Planetaria en el Observatorio de Oak Ridge en Massachusetts, pero no encontró nada.
Gray también intentó conseguir los servicios de todo el Conjunto Muy Grande (VLA) en Nuevo México, compuesto por 27 platos de 25 metros. Esto, de acuerdo con Gray, fue un inicio: “Contrariamente a la creencia popular desde la película Contact (Contacto)”, enfatiza, “el prestigioso telescopio de 80 millones de dólares apenas ha escuchado emisiones procedentes de las estrellas”.
Durante dos sesiones de observación en 1995 y 1996, Gray y su colega, Kevin B. Marvel, usaron su tiempo de telescopio para investigar varios escenarios.
Una posibilidad era que la señal Wow! representara de hecho una débil pero continua transmisión que momentáneamente ganó fuerza debido a un destello interestelar.
La alta sensibilidad del VLA garantizaba que tal fuente sería fácilmente detectada por el estudio de Gray. Pero a pesar de identificar varias fuentes de radio cientos de veces más débiles que la señal Wow! en la vecindad, no se encontró nada que se pareciera a una transmisión continua.
Otro escenario suponía que la señal Wow! era una breve pero potente señal diseñada para atraer la atención hacia una continua más débil. Tal estrategia sería más eficiente energéticamente que enviar una potente baliza continua.
Pero, de nuevo, el VLA no detectó ninguna señal ni siquiera 1000 veces más débil que la señal Wow!.
Finalmente está la posibilidad de que la señal siga ahí, pero sólo emita de forma intermitente. Debido a su limitado tiempo de telescopio, Gray y Marvel sólo pudieron dedicar menos de una hora a una posición dada. Podría ser que la señal esté activa a otras horas, cuando nadie está escuchando.
El problema es inabordable desde ninguna posición del hemosferio norte, dado que la señal Wow! se localiza por debajo del horizonte norte durante la mayor parte del día.
Para tener en cuenta tal posibilidad, en 1998 Gray unió fuerzas con Simon Ellingsen de la Universidad de Tasmania en Australia, quien hizo seis observaciones, rastreando el área durante 14 horas. Pero a pesar de la rigurosa búsqueda, la señal Wow! sigue tan enigmática como siempre.

Autor: Amir Alexander
Fecha Original: 7 de abril de 2010
Enlace Original



Fuente: Seti.cl
SETI y La señal Wow!- 50 años de historia
La señal más famosa en la historia de SETI se detectó la noche del 15 de agosto de 1977 en el Observatorio Big Ear de la Universidad Estatal de Ohio. Como cada noche, en el Observatorio Big Ear se buscaba en los cielos una señal alienígena y las observaciones se grababan en una hoja de papel. Una larga lista de letras y números era imprimida continuamente, una larga cadena para cada uno de los 50 canales barridos por el telescopio. Una serie de caracteres parecían registrar una transmisión inusual en la frecuencia  “6EQUJ5″ se lee en la lista.
Esto sobresaltó al voluntario de Big Ear, Jerry Ehman, profesor de la Universidad Franklin en Columbus, que estaba monitoreando las lecturas aquella noche. Hizo un círculo sobre el código para poder encontrarlo más tarde y añadió un único comentario en los márgenes “Wow!” La señal entró en la historia de SETI como la “señal Wow!”.
Hace cincuenta años un radioastrónomo llamado Frank Drake tuvo la idea de buscar comunicaciones extraterrestres en el espacio. Para esto, dirigió la primera búsqueda de señales de microondas de radio provenientes de otros sistemas solares, apuntando durante dos meses una antena de 26 metros hacia dos estrellas cercanas similares al Sol (dicho proyecto recibió el nombre de Ozma).
Un año antes (1959) los físicos Giuseppe Cocconi y Philip Morrison habían publicado un artículo en la revista Nature, en donde proponían buscar en el espacio microondas de radio, que tendrían supuestamente gran potencial para la comunicación entre estrellas. A esa misma conclusión había llegado Drake de manera independiente, lo que lo impulsó a comenzar con el experimento que hoy se conoce como SETI  (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre.
El receptor utilizado por Drake tenía un sólo canal y fue sintonizado en la frecuencia de los 1.420 Mhz, correspondiente a la línea del Hidrógeno Neutro y que también había sido recomendada por Cocconi y Morrison por su significado astronómico. Lamentablemente para Drake durante el plazo en que realizó la búsqueda no logró detectar nada que pudiese tener un origen extraterrestre; pero sí logró llamar la atención del resto de la comunidad astronómica y, de forma especial, de los Rusos.
Durante la década de los 60 fueron estos últimos los principales impulsores de las búsquedas SETI, utilizando antenas que eran casi omnidireccionales para observar grandes extensiones del cielo que les permitieran descubrir alguna que otra civilización avanzada.
No fue hasta la década del setenta que Estados Unidos fijó su mirada en este tipo de proyectos, teniendo a la NASA como la principal impulsora en el desarrollo de la tecnología necesaria para realizar búsquedas más efectivas.
Durante todos estos años los distintos proyectos paralelos que se llevan a cabo no han logrado dar con señal alguna cuyo origen sea claramente extraterrestre, aunque hasta el día de hoy existe una señal que no ha logrado ser descifrada y que fue denominada como “Señal WOW!“.
SETI y La señal Wow!  50 años de historia image Big Ear
La historia más reciente en torno a la búsqueda de señales extraterrestres es más conocida, sobre todo gracias al proyecto SETI@Home que, por medio de la computación distribuida, hace uso de los tiempos muertos de los computadores para procesar la información proveniente del radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico).
En la actualidad existen unos cinco millones de usuarios que participan del proyecto (ahora bajo el nombre de BOINC), contribuyendo con 19.000 millones de horas computadora. En todos estos años se logró identificar sólo una señal como candidata para un estudio más acabado, esta se denominaHGb02+14a y se origina en la constelación de Piscis y Aries; a una distancia de 1.000 años luz de la Tierra.
Aún así, estas señales se mantienen como un misterio. Quién sabe si algún día alguien dará con la clave, o si la duda quedará como un enigma para siempre.

Fuente: Astronomia a tu alcance
En este día de Halloween, os quería hablar de la señal Wow!, quizá la señal más famosa y una de las pruebas -para muchos- más grandes de la existencia de vida extraterrestre. En este artículo os hablaré del origen y la repercusión de la Señal Wow! en la búsqueda de vida extraterrestre y las hipótesis del origen de la misma.


Orígenes de la Señal Wow!


Extracto de la cinta en que podemos ver la Señal Wow!


Todo ocurrió en la noche del 15 de agosto de 1977, una cálida noche estival que sería el recuerdo de muchos en la posteridad. Aquella, noche como otras muchas, el radiotelescopio Big Ear, perteneciente a la Universidad de Ohio (Estados Unidos), examinaba el cielo en busca de de señales extraterrestres que podrían ser enviadas a la Tierra en demostración de que hay vida inteligente en planetas extrasolares. Todas estas señales -en su mayoría radiaciones lejanas o "ruido" causado por interferencias de aparatos-, eran escaneadas por los nada más y nada menos que 50 canales que este radiotelescopio era capaz de analizar, que quedaban impresos en 50 columnas -una por cada canal examinado- en una larga cinta de papel y computados por un ordenador IBM que interpretaba las señales en caracteres alfanuméricos.

Análisis de los datos por el SETI.

Estos carácteres alfanuméricos tenían un gran significado, ya que expresaban la intensidad de la señal recibida del 0 al 36 (36 significaba que la señal recibida era 36 veces más intensa que las interferencias normales y corrientes o "ruido de fondo" más correctamente), así pues, las menores intensidades correspondían a números del 0 al 9 (0 = intensidad nula, 1 = intensidad 1 -tan intensa como el ruido de fondo- y así sucesivamente), y los alfabéticos correspondían a intensidades superiores a 10, siendo "A" equivalente a una intensidad de 11, "B" a una intensidad de 12 -doce veces el ruido de fondo- y así hasta la "Z" que representaba una intensidad de 36 (recordemos que el alfabeto inglés posee una letra menos que nosotros, la "ñ"). No había intensidad superior a la 36. No había habido éxito hasta la fecha a la hora de encontrar señales potencialmente extraterrestres, dado que toda señal venida del exterior era de origen humano: interferencias mayoritariamente, que provienen o bien de los aparatos electrónicos humanos -si son de alta intensidad- o de ruido de fondo (radiación de fondo del Big Bang, radiación en forma de calor que el mismo suelo despide, etc.).


La intensidad de la señal Wow!

Lo que nadie se esperaba es que todo aquella noche cambiaría. Jerry Ehman, astrónomo encargado de analizar los datos de las señales recibidas por el Radiotelescopio Big Ear, impresos en cintas, cuando se hallaba escudriñando las señales captadas por el mismo Big Ear aquella noche, se quedó paralizado por un instante. Algo extraño, o al menos disitnto de lo habitual había sido procesado, y no había margen de error. Jerry, quien había sido enseñado en la interpretación de las señales, desde el primer momento supo que se trataba de una señal sospechosa, de aquellas que llaman "extraterrestres", sabía que esa era una de las señales que había que buscar. Una señal de una intensidad increíble que ningún objeto dentro de la Tierra podía producir y que, salvo una enorme interferencia, se trataba de un evento extraterrestre. La señal era 6EQUJ5 (la letra U denota que la intensidad llegó a ser de hasta 31 -sobre 36-), es decir, casi llegaba al máximo alcanzable. Las intensidades de esa señal -aproximadas- fueron de 6-15-27-31-20-5 valores que corresponden como hemos visto respectivamente al 6, a las letras E, Q, U y J y al número 5.

Ampliación de la cinta en que aparece la señal Wow!

El nombre de "Señal Wow" proviene de que Jerry, justo en el momento de observar esta asombrosa señal, las 23.16 horas de la noche del 15 de agosto de 1977, escribió con el bolígrafo rojo que estaba utilizando la expresión "Wow!", rodeando también la famosa señal y sus cifras. A raíz de la fama que fue cogiendo años después, a día de hoy se le conoce como la "Wow! Signal" o "Señal Wow!", la que se considera -a falta de confirmar su naturaleza- la primera señal de comunicación extraterrestre.


Hipótesis de la Señal Wow!


Localización exacta de la Señal Wow! 
En su campo, dos galaxias de las que
 -en caso de ser extraterrestre-, provino.

La naturaleza de esta señal todavía no ha sido confirmada. Si se ha logrado saber de qué rincón del cielo proviene, no muy lejos de Sagitario, casi en pleno centro galáctico, como vemos en la imagen superior. En dichas coordenadas, la estrella más cercana -además sin planetas extrasolares descubiertos-, está a más de 200 años-luz, por lo que, de haberse producido un mensaje, habría tardado unos siglos, y nos llevaría a pensar que, de ser cierto que la señal proviene desde el espacio exterior hace siglos, debió ser enviada por un gran instrumento y nos llevaría a pensar que también por una civilización que nos lleva siglos de ventaja o muy preparada tecnológicamente.

La fuente de la Señal Wow! también pudo provenir de
un satélite.

No obstante, también hay científicos que opinan que, lejos de ser una señal extraterrestre, pudo ser una interferencia humana: Existe la probabilidad de que las señales del radiotelescopio fueran rebotadas por un satélite en órbita o por cualquier trozo de chatarra espacial que haría que ésta se magnificara. Otras personas creen que simplemente pudo haber alteración de la señal por otro aparato que, aunque no explica por qué su intensidad es tan alta, sí que argumenta que se han obtenido diversas señales con intensidades superiores o iguales a 20 que han sido detectadas como únicas interferencias.

Radiotelescopio Big Ear, artífice del descubrimiento

En esta guerra de opiniones, tanto los defensores de la "interferencia humana" como los defensores de la "señal extraterrestre" tienen las mismas evidencias, y es que nadie aún ha logrado probar nada, ni encontrar la fuente de dicha señal. Sólo sabemos de qué sector celeste proviene, pero ni siquiera si allí encima se encontraba un trozo de basura o espacial, o nos aguardaba una civilización. A pesar de los casi 50 intentos que hubo de volver a apuntar al sector del que provenía la señal, no se pudo encontrar nada, y para más inri, la probabilidad de que el radiotelescopio pueda ser enfocado hacia las coordenadas exactas, será una entre millones. Aún así, Jerry Ehman, el mismo descubridor opina que, aparte de la gran sorpresa que le produjo esta señal, jamás se sabrá de dónde provino, aunque en su opinión es posible que fuera reflejada por cualquier satélite terrestre.

Jerry Ehman posando en el Big Ear. Por desgracia, 
fue demolido en 1998.

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