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* 1992 EL cinturón Kuiper. David Jewitt y Jane Lou.

Descubrimiento del primer objeto del cinturón Kuiper, 1992 QB1, por David Jewitt y Jane Lou.
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Fuente: Astrogea.org

En 1951 el astrónomo americano de origen holandés, Gerard Kuiper, que es considerado el padre de la moderna astronomía planetaria, postuló que debía existir una especie de disco de proto-cometas en el plano del sistema solar, que debería empezar pasada la órbita de Neptuno, aproximadamente entre las 30 y 100 unidades astronómicas. De este cinturón provendrían los cometas de corto período.

Aunque la denominación "cinturón de Kuiper" es ampliamente usada, parece ser que es inapropiada y el mérito que se atribuye a Kuiper realmente correspondería a Whipple, por lo que sería más exacto llamarlo cinturón de Whipple. No obstante, aquí seguiremos utilizando la de cinturón de Kuiper pues es la utilizada por casi todos los especialistas el tema. Estamos viviendo una época de rápidos progresos en el conocimiento del sistema solar más exterior, con muchos nombres y siglas para estos nuevos cuerpos que se están descubriendo, muchas veces para designar (casi) lo mismo, que pueden inducir a la confusión. Es de suponer que, cuando la información sea la suficiente y adecuada, se normalice toda esta nomenclatura: Centauros, NTOs, Plutinos, KBOs, EKOs, SDO, Kuweano, Cinturón de Kuiper, Cinturón de Whipple, etc.

A partir de 1992, con el descubrimiento de 1992 QB1 y los otros muchos que le han seguido, se tuvo constancia real de la existencia de una enorme población de pequeños cuerpos helados que orbitán más allá de la órbita de Neptuno. Aunque los valores de las estimaciones son bastante variables, se calcula que existen al menos 70.000 "transneptunianos" entre las 30 y 50 unidades astronómicas, con diámetros superiores a los 100 km. Más allá de las 50 UA es posible que existan más cuerpos de este tipo, pero en todo caso están fuera del alcance de las actuales técnicas de detección. Las observaciones muestran también que se hallan confinados dentro de unos pocos grados por encima o por debajo del plano de la eclíptica. Estos objetos se les conoce como KBOs (Kuiper Belt Objects).

El estudio del cinturón de Kuiper es muy interesante por varios motivos:

a) Los objetos que contiene son remanentes muy primitivos de las primeras fases de acreción del sistema solar. La región central, más densa, se condensó para formar los planetas gigantes (las composiciones de Urano y Neptuno son casi idénticas a la de los cometas). En la región más y menos densa, la acreción progresó lentamente, pese a lo cual se formaron un gran número de pequeños cuerpos.

b) Es aceptado ampliamente que el cinturón de Kuiper es la fuente de los cometas de corto período, del mismo modo que la nube de Oort lo es para los de largo período.

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El cinturón de Kuiper (¿de Whipple?) dejó de ser una simple hipótesis cuando a fines de agosto de 1992, con el telescopio de 2,2 metros de la Universidad de Hawaii, David Jewitt y Jane Luu descubrían un lejano objeto de unos 280 km de diámetro denominado 1992 QB1 al que ellos llamaron "Smiley", inspirándose en las novelas de espias de John Le Carre. A este, siguió toda una serie de descubrimientos similares.

Tras el descubrimiento de 1992 QB1, el estudio de los objetos transneptunianos se ha convertido en un campo de la astronomía de muy rápida evolución, con grandes avances en el campo teórico en los últimos años. El número de objetos descubiertos cada vez es mayor y poco a poco se van obteniendo nuevos conocimientos sobre su significado y características físicas. Los mayores inconvenientes desde el punto de vista observacional, es que estos objetos quedan bastante al límite de la tecnología actual para estudiarlos. Además, tan sólo han podido explorarse regiones muy reducidas de cielo, por lo que es previsible que nos depare aún muchas sorpresas.

A fines de 1999 ya había alrededor de dos centenares de objetos transplutonianos conocidos con denominación provisional. Muchos de ellos en la resonancia gravitacional 3:2 con Neptuno, al igual que Plutón. Parecen ser pequeños cuerpos helados similares a Plutón y Tritón, pero de dimensiones más reducidas. Mediciones de su color muestran que normalmente son rojizos. Se estima que son muy numerosos y no se descarta el poder hallar cuerpos del tamaño de Plutón o incluso mayores.

Se ha hablado mucho de que los objetos del cinturón de Kuiper están constituidos por material primigenio a partir del cual se formaron los planetas, por lo que resultaría de alto interés poder analizar fragmentos de cometas. Sin embargo, de acuerdo con S. Alan Stern, a una escala de 4.600 millones de años (edad del sistema solar), el número de colisiones debe haber destruido todos los cuerpos del cinturón con tamaños inferiores a 35 km. Como consecuencia, los cometas provenientes del cinturón de Kuiper no pueden tener más de 500 millones de años. Serían fragmentos de colisiones posteriores y estarían muy modificados por el mismo calor de estas colisiones, que serían las que eyectarían material hacia el sistema solar interno, contituyendo la base de los cometas de corto período.


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