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Varios grupos de científicos reunidos en Estados Unidos coinciden en afirmar que tiene una masa 2,5 millones de veces superior a la del Sol. Ya se han descubierto 20 de esos misteriosos cuerpos invisibles.
Fuente: Clarin
Atlanta. The Washington Post. Especial para Clarín.
Los astrónomos creen que en el centro de la Vía Láctea -nuestra galaxia- hay un agujero negro, con una masa 2,5 millones de veces superior a la del Sol. Los indicios surgieron a partir de la observación de rayos X, mediante el observatorio espacial Chandra, de la NASA.Varios grupos de científicos, reunidos en el Congreso de la Sociedad Americana de Astronomía en Atlanta, llegaron a conclusiones similares y complementarias en relación con los agujeros negros. Las evidencias permiten remontarse a la edad oscura del cosmos, el período inmediatamente posterior a que el Big Bang creara al universo, y que probablemente duró mil millones de años.Los agujeros negros se forman cuando inmensas cantidades de materia colapsan en un punto, por lo general al final de la vida de una estrella. El campo gravitacional resultante es tan fuerte, y se curva con tanta violencia, que se traga todo lo que está a su alrededor.Ni siquiera la luz escapa de su atracción, lo que los hace invisibles. Sin embargo, hay algunos indicios para detectarlos. Uno de ellos se produce cuando el gas circundante y la materia estelar son engullidos por un agujero negro, formando un disco de acrecentamiento. En este disco, el gas está tan caliente y compactado, que emite rayos X.Los astrónomos que trabajaron con el observatorio espacial Chandra -en órbita desde julio pasado- descubrieron que la radiación ambiente proviene de miríadas de fuentes individuales, muchas de las cuales son galaxias que presumiblemente contengan agujeros negros en sus núcleos.Un tercio de estas fuentes quizá fueron protogalaxias: sus centros brillaron con los rayos X, pero no emitieron luces visibles al ser observadas por el Observatorio Keck de Hawaii. Hay aproximadamente cien millones de fuentes de rayos X en todo el cielo, afirma Richard Mushotzky, del Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la NASA. Los comienzos del tiempoOtro equipo de científicos, que se basó en datos recogidos por el telescopio Hubble, descubrió agujeros negros en el cen tro de tres galaxias cercanas, lo que eleva a 20 el número detectado de estos misteriosos objetos espaciales. Su aparente ubicuidad implica que la formación y la evolución de las galaxias está íntimamente ligada a la presencia de un agujero negro en el centro de cada una, señala Douglas Richstone, de la Universidad de Michigan.¿Qué fue primero, la galaxia o el agujero negro? Para Richstone, es la pregunta del huevo y la gallina. Pero las observaciones sugieren que los quásares aparecieron antes que las estrellas. Un quásar es una inmensa fuente de energía, que emite más luz que un millar de galaxias y contiene unos 100.000 millones de estrellas.Richstone cree posible que en los comienzos del universo se formaran gigantescas aglomeraciones de materia, que de algún modo no llegaron a fragmentarse en estrellas. Nuestras observaciones hacen pensar que vemos los agujeros negros antes que las estrellas -apunta-. Es como si los agujeros negros jugaran un papel clave en la formación de las galaxias.Según consigna la agencia DPA, un equipo del Instituto de Tecnología de Massachusetts detectó una tenue radiación de rayos X proveniente de la región donde está Sagitarius A, en el centro de la Vía Láctea, y que se parece a un quásar débil.Los científicos suponen que Sagitarius A es alimentada por materia gaseiforme atraída hacia un agujero negro que tiene 2,5 millones de veces la masa del Sol.Debido a su atracción, desde las cercanías se precipitan gas y polvo cósmico . Esto sólo permite interpretarlo como un agujero negro, considera Jakob Staude, del Instituto Max Planck de Heidelberg, Alemania. De confirmarse esta hipótesis, se trataría del agujero negro más cercano a la Tierra, a 1.600 años luz.
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