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* 0250 años a.c. Los años de Arquimedes.

Los años de Arquimedes. Además del principio que lleva su nombre, Arquimedes vislumbró con 20 siglos de adelanto un sistema para contar las estrellas del cielo o los granos de arena de las playas.

Fuente: Cienciaes





Arquímedes murió durante la captura de Siracusa por los romanos, a pesar de que el general Marcelo había dado órdenes expresas que se respetara la vida del sabio. Marcelo, apesadumbrado por la noticia, ordenó enterrarlo según su deseo, colocando una esfera y un cilindro sobre la tapa del sepulcro. Arquímedes había descubierto la relación entre los volúmenes y las superficies de estos cuerpos y se sentía especialmente orgulloso de ello.

Pasaron más de cien años y, lamentablemente, el monumento a uno de los científicos más grandes de la historia cayó en el olvido.
El año 75 a.C. el gran orador y filósofo, Cicerón, fue enviado a Siracusa para ayudar con sus conocimientos al administrador romano de Sicilia. Cicerón había oído hablar de Arquímedes cuando era niño y en muchas ocasiones había propuesto al matemático como "modelo de vida", frente a los excesos de Dionisio, un tirano cruel que instaló un régimen brutal en Siracusa.
En el libro V de su obra "Tusculanarum Disputationum" Cicerón cuenta como redescubrió la tumba de Arquímedes y compara el estilo de vida del sabio con el de Dionisio. He aquí una traducción del párrafo:
"(...) Cuando era quaestor en Sicilia, conseguí localizar la tumba de Arquímedes. Los siracusanos no sabían nada de ella, incluso negaban que tal cosa existiera. Pero allí estaba, completamente rodeada de matorrales, oculta por las zarzas y espinas. Recordé haber oído hablar que en la tumba había escritos algunos versos que hacían referencia a las figuras de una esfera y un cilindro que habían sido modelados en piedra sobre el sepulcro. Me llevó un tiempo revisar todas las numerosas tumbas que existen tras la puerta Agragentina.
Finalmente reparé en una pequeña columna, apenas visible tras los matorrales, coronada por una esfera y un cilindro. Inmediatamente comuniqué a los habitantes de Siracusa, algunos de cuyos ciudadanos principales estaban conmigo en ese momento, que aquel era el objeto que había estado buscando. Enviaron hombres con hoces para limpiar el lugar y, cuando el camino al monumento quedó despejado, nos acercamos. Los versos eran visibles todavía, aunque la segunda mitad de cada línea se había borrado.
Así pues, una de las más famosas ciudades del mundo griego, y también uno de los grandes centros del saber en el pasado, había permanecido en una total ignorancia sobre la tumba del ciudadano más brillante que había producido, ¡y así seguiría si un hombre de Arpino (ciudad natal de Cicerón) no hubiera venido a señalarla!.
Pero ahora volvamos al punto en el que comencé esta disgresión. Seguramente cualquier persona que tenga la más mínima conexión con las musas, es decir, con la civilización y el aprendizaje, preferiría ser el matemático Arquímedes al tirano Dionisio. Si pesamos los modos de vida y el comportamiento de ambos hombres, encontramos que uno de ellos alimentó su cerebro con investigación científica y descubrimiento, con la satisfacción que se produce tras el intenso ejercicio intelectual -que es el alimento espiritual más maravilloso del mundo-, mientras que los pensamientos del otro insisten en el asesinato y la opresión, y el temor es su compañero noche y día. Comparen a Dionisio con Demócrito, Pitágoras o Anaxágoras. En toda la Tierra, ¿qué tronos o posesiones pueden tener un rango superior a sus logros filosóficos y la satisfacción que de ellos se deriva?"


Fuente: Ciencia siglo XXI

Nos permitimos la libertad de compartir un decálogo ligeramente modificado que aparece en el libro, en un recuadro llamado Arquímedes: mitos y realidades.
1. «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». Frase atribuida falsamente a Arquímedes, si hacemos referencia al sentido estricto de su significado, puesto que tenía conocimientos sobrados para probar que no era posible. El mismo tenía una concepción personal sobre la extensión del Universo, si hubiese hecho la cuenta le saldría una palanca más grande que el propio Universo. Otra cosa es que la dijera en sentido figurado. Para saber más tendrás que leer el libro. Aunque también se le puede dedicar una entrada.
2. «¡Eureka!, ¡eureka!». Expresion de alegría que supuestamente pronuncio al introducirse en un bano publico y descubrir el principio de la hidrostática. Es muy poco probable que la historia sea cierta en sus detalles, posiblemente Vitruvio la adorno literariamente. Antes del relato de Vitruvio no se tienen referencias.
3. La corona del rey Hierón II. Es muy probable que la anecdota de la corona sea cierta, aunque el modo de demostracion de la estafa de la corona sería mediante la combinacion del principio de la hidrostática y de la ley de la palanca, no simplemente rebosando agua de un recipiente. El último método habría sido un método muy burdo, para nada a la altura de Arquímedes.
4. El epitafio en la tumba. Es muy probable que sea cierto que Arquímedes pidiera que grabaran en su epitafio una esfera dentro de un cilindro. Ciceron encontro la tumba, ya dañaada pero no ha llegado a nuestros días.
5. «No molestes mis círculos». Se dice que dijo esta frase justo antes de morir, cuando un soldado borraba los dibujos que hacía en un arenario. La frase en sí puede ser una fantasía, pero su contexto no. Hay acuerdo entre los historiadores de que Arquímedes fue asesinado en su casa mientras trabajaba. Lo que no es seguro es que dijera esta ultima frase al soldado que acabo con su vida.
Edouard Vimont (1846-1930). Fuente: Wikipedia Commons
6. Tornillo de Arquímedes. Este dispositivo se conocía con seguridad antes de su nacimiento, sin embargo, es muy probable que lo mejorara de algun modo o le sacara más partido. En cualquier caso, no existe un solo documento de la mano de Arquímedes o de los historiadores que asegure que es suyo.
7. Planificó la defensa de Siracusa. Segun cuentan todas las cronicas serias de los historiadores, este hecho parece ser cierto. Y lo planificó muy pero que muy bien.
8. La garra de Arquímedes. Tambien es verdad que construyo una máquina que levantaba y destruía de algun modo los barcos, segun puede consultarse en las crónicas referentes a la defensa de Siracusa.
9. El rayo de calor. Es un mito con casi total seguridad, debido a las limitaciones tecnicas y a la ausencia de crónicas tempranas, como han demostrado varios grupos de investigadores en los últimos años.
10. Calculó en número π. El numero π no puede calcularse porque es un numero irracional y tiene infinitos decimales. Lo que sí es cierto es que encontró una aproximacion que se uso durante siglos y hoy se sigue usando: 3,14. Cada vez que escribas estos tres números, recuerda el nombre de Arquímedes.

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