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** RELIGION: The Four Horsemen (Los Cuatro Jinetes)

Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo

30 de septiembre de 2007. Daniel C. Dennett (filósofo, autor de Romper el hechizo. La religión como fenómeno natural), Christopher Hitchens (escritor y periodista, autor de Dios no es bueno), Sam Harris(filósofo, autor de El fin de la fe), y Richard Dawkins (etólogo, autor de El espejismo de Dios) se reúnen para conversar delante de una cámara sobre ese persistente y pernicioso fenómeno del que son temido azote: la religión.
El resultado es un vídeo de dos horas titulado The Four Horsemen (Los Cuatro Jinetes) que hoy empiezo a publicar en el blog con subtítulos de mi cosecha.
Los cuatro jinetes del ateísmo, paliqueando alrededor de una mesa, mientras liban y picotean.
¡Ah, cuánta gente profundamente religiosa, es decir, completamente zumbada, disfrutaría atándolos a esas sillas y sometiéndolos a torturas incontables en plan Jigsaw!
Sólo por discutir con rigor la validez de sus creencias, sólo por cuestionar con argumentos sólidos el fundamento de su vida.
¿Por qué no se puede criticar la religión sin resultar ofensivo, incluso para un buen número de personas que no son religiosas? ¿Por qué recibe un trato especial? Estas y otras cuestiones se discuten en el corte de The Four Horsemen que ofrezco a continuación.
El primero de una serie de doce que iré dejando por aquí (a razón de uno por semana) para quien quiera solazarse con el encuentro de tan extraordinarias mentes.
Una vez más, de nada.
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Próxima entrega: Martes 1 de diciembre



Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (2)

Interesantes temas los de este segundo fragmento de The Four Horsemen, dominado por la contundencia intelectual y el sentido del humor de Christopher Hitchens.
A saber: la relación de lo numinoso con lo sobrenatural, la falsa humildad de religión y la falsa arrogancia de la ciencia, la duda como parte de la creencia,y la fe y la necesidad de pruebas.
Un par de breves notas antes de dar paso a los cuatro fantásticos:
1)Lo ideal, apunta Hitchens, sería poder separar la experiencia numinosa o mística o extática o trascendente de cualquier tipo de justificación divina.
Lo ideal, observa Dennett, sería que la gente se olvidara de absurdas entidades sobrenaturales como razón última, y viviera con plenitud esos extraordinarios momentos de comunión con la naturaleza, de abandono y fusión con la maravilla del mundo.
Lo ideal, podríamos añadir -siguiendo a John Allen Paulos, quien proponía como alternativa la religión siísta (una religión cuya respuesta a la intrincada y misteriosa belleza del mundo es una simple afirmación de aceptación)-, sería que en los excepcionales instantes de sobrecogimiento, la gente exclamara menos ¡Oh Dios! , y exclamara más ¡Sí! ¡Sí! , o incluso ¡Joder sí! , si se diera el caso de una experiencia tan intensa que hiciera casi levitar.
2) En el vídeo se nombra a Jerry Falwell y a Francis Collins.
Falwell era un predicador americano de ultraderecha, capaz de afirmar barbaridades como que el SIDA es un castigo de Dios a los homosexuales y a la sociedad que los tolera.
Un día después de la muerte de Falwell en 2007, Anderson Cooper entrevistó en la CNN a su némesis Christopher Hitchens, y la conversación empezó de esta manera:
Anderson Cooper- Christopher, no estoy seguro de que creas en el Cielo, pero si es así, ¿crees que Jerry Falwell está allí?
Christopher Hitchens– No, y creo que es una pena que no haya un infierno al que pueda ir.
AC- ¿Por qué su persona provoca tanta virulencia?
CH- La vida vacía de este feo y pequeño charlatán prueba sólo una cosa: que puedes hacer sin problemas las más extraordinarias ofensas a la moralidad y a la verdad en este país si te haces llamar reverendo.
Collins dirige el Proyecto Genoma, y cree sinceramente que Dios hizo el mundo para que en él evolucionara vida inteligente (más información aquí).
3) Hitchens hace referencia, en el último tramo de la conversación, a que ciencia y religión son magisterios no superpuestos o non-overlapping magisteria. Alude al concepto conocido como MANOS o en inglés NOMA. Según se explica aquí, la idea tras este acrónimo es que las líneas de influencia de la ciencia y de la religión no son líneas que se intersecan, sino líneas perpetuamente paralelas. Los campos que tratan son de dos esferas no sólo diferentes sino excluyentes.
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Próxima entrega: Martes 8 de diciembre.


Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (3)

Tercera entrega subtitulada de The four horsemen. Nuestros cuatro lúcidos amigos introducen ahora en su charla a la jerarquía eclesiástica y a los intelectuales de la religión: obispos, arzobispos, curas, sofisticados teólogos... Con una palabra reverberando al fondo desde el principio: timadores.
Una breve nota antes de dar paso al vídeo.
Entre las cartas eruditas y curiosas del padre Feijoo recogidas en la reciente antología de la editorial Crítica , hay una muy interesante sobre aparecidos y vampiros. En ella, Feijoo concede nulo crédito a todas esas historias que corren sobre brucolacos ( ¡Brucolacos! ¡Ah si ese terminacho hubiera prosperado! Los brucolacos románticos arrasan en taquilla. Robert Pattison:el brucolaco más sexy).
Son patrañas, escribe, porque:
a) el vampiro no puede permanecer vivo durante meses en el sepulcro para después aparecerse como se dice;
b) el vampiro no puede salir del sepulcro sin apartar la losa como se dice- tendría que atravesarla y eso es imposible;
c) el vampiro no puede volver a entrar en el sepulcro sin apartar la losa por lo mismo.
Y a continuación anota: y quien diga que eso son milagros, se equivoca, porque ¿qué objeto tendrían? ¿Por qué iban a localizarse sólo en Hungría, Polonia, Grecia…?
Y añade (cito textualmente):
Se han visto resurrecciones milagrosas (sic) Y no sólo se deben creer las que constan en las Escrituras, más otras algunas, aunque no tengan el grado de certeza infalible que aquellas (sic). Pero en esas resurrecciones se ha manifestado algún santo motivo que Dios tuvo para obrarlas (…) El Evangelio nos advierte que para que los resucitados al tiempo de la Resurrección de Christo saliesen a aparecerse a muchos en la Ciudad de Jerusalén se abrieron los sepulcros (…) Para esto no era necesario riguroso milagro, bastando para abrir los sepulcros el ordinario y natural ministerio de los Ángeles (sic)
Feijoo toma por disparates los cuentos de vampiros, y acto continuo considera perfectamente creíbles los disparatados cuentos de zombis de las Escrituras. Se dedicaba a combatir la superstición, a desengañar a la gente de los errores comunes, pero él mismo era víctima de uno de los más grandes.
De vivir hoy, a pesar del enorme avance de la ciencia desde el siglo XVIII, creo que seguiría aferrado a su fe en las Escrituras.
Sam Harris, desengañador ateo, ofrece en el clip un argumento sencillo pero demoledor contra esa creencia ciega en el Libro: todas las personas religiosas experimentan lo mismo en la iglesia o en la oración, sea cual sea su credo, luego eso que sienten no está relacionado con una divinidad en particular o un texto revelado concreto.
Momento que Hitchens aprovecha para meter baza, y con su habitual malicia sugerir que se considere el lado bondadoso de todas las religiones y sectas, no sólo de una.
Sugerencia que me ha recordado algo que el otro día contó Peñarrubia. Resulta que fue a comer a casa de su madre, y mientras daban cuenta de unos caracoles apareció en la tele una noticia sobre la peregrinación a La Meca. Esto propició el siguiente diálogo:
- Con lo buenos que parecen y las cosas horribles que hacen luego
–Madre, no me obligue a asestarle la ya clásica cita de Weinberg
–¿De qué estás hablando, hijo?
–Está bien, usted lo ha querido: Con o sin religión, la gente buena hará el bien y la gente mala hará el mal. Pero para que la gente buena haga el mal hace falta la religión.
–Para que la gente buena haga el mal lo que hace falta es cabrearla mucho ¿Cuántas veces he estado a punto de matarte por las barrabasadas que me hacías?
-¡Usted, usted es un perfecto ejemplo! Por culpa de la religión, una persona buena como usted hizo el mal diciéndome que Dios me había visto, el día en que le conté que había celebrado mi graduación en una casa de tolerancia. ¿Es consciente de lo mucho que me atormenté pensando que podía haberle ofrecido al Creador, esevoyeur excepcional, una mejor actuación?



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Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (4)

Siguen los cuatro jinetes de palique, intercambiando ahora, en su civilizada y luminosa conversación, reflexiones sobre los vocablos que manejan los discursos en liza.
Por ejemplo, flock. Rebaño.
¿No están ustedes llamando borregos a sus fieles cuando los denominan así?, le preguntó Hitchens a un clérigo en la BBC. La respuesta no tiene desperdicio.
Rebaño, o grey, que suena más bíblico. Una palabra que siempre relaciono con egregio gracias a Ortega.
Creo que es en uno de los volúmenes de El Espectador donde recuerda el vínculo entre ambas: egregio es el que se aparta de la grey. Egregio es un rey, pero también un intelectual.
Dawkins, Harris, Dennett y Hitchens son egregios, eminentes, porque son más lúcidos y agudos que la mayoría. Porque son brillantes en sus respectivas disciplinas.
Pero también porque han preferido ponerse bajo la égida de la Razón y no de la Fe, es decir, apartarse de la grey de los creyentes, rebaño sumiso que decide aceptar las directrices de una autoridad absolutamente discutible.
Surge la pregunta: ¿A quién hay que aparejar el dardo de la crítica y la burla, sólo a los que se supone que lo saben todo, a los profesionales- obispos, curas y demás-, o también a los que les siguen y se fían de lo que ellos digan?
Otra palabra es misterio.
¿Debe usarse al hablar en términos científicos? ¿Tiene razón Chomsky cuando distingue los rompecabezas- solubles- de los misterios- insolubles?
Dawkins, citando a su egregio tocayo Feynman, diferencia entre el misterio que convive con el conocimiento, con la comprensión, y el misterio que no tiene nada que ver con algo real, verificado, sobre lo que puedan hacerse predicciones.
En Seis piezas fáciles, encuentro otras palabras de Feynman a las que podría haber recurrido:
Los poetas dicen que la ciencia despoja de belleza a las estrellas, meros montones de átomos de gas (…) Al misterio no le perjudica que se sepa algo sobre él ¡Pues la verdad es mucho más maravillosa que lo que cualquier artista del pasado pudo imaginar!
Que aproveche.


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Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (5)

1) Cualquiera que haya seguido la conversación hasta ahora, habrá notado que Christopher Hitchens, a diferencia de los otros tres jinetes, tiende a personalizar: sus reflexiones van asociadas casi siempre a personas con las que se ha enfrentado, o a individuos a los que ha leído (generalmente individuos que han criticado por escrito a alguien de su cuerda).
Hitchens lleva así la charla a menudo al terreno de la anécdota sabrosa, del humor punzante, del combate cuerpo a cuerpo con un enemigo a menudo patético.
Y es lógico hasta cierto punto, pues su discurso previo es el menos especializado de los cuatro.
No tiene autoridad, por decirlo así, pero posee un notable bagaje pugilístico como defensor público del pensamiento ateo y antirreligioso.
Es un simple escritor, pero qué escritor.
Lo dejamos en el último post diciendo que la religión hace actuar como estúpidos a las personas inteligentes, y lo encontramos ahora, cómo no, poniendo a alguien como ejemplo, un tal John Cornwell.
Más adelante recordará maliciosamente su agarrada con George Galloway, citará a Haldane y traerá a colación las ideas de un autor al que incluye en su antología de lecturas esenciales para el no creyente: Victor Stenger.
En la brevísima introducción que le dedica, alude a un argumento sobre el que vuelve en el vídeo (grabado en el mismo año en que se publicó Dios no existe):
La visión mayoritaria de la escuela atea es que la existencia de dios no se puede demostrar ni refutar, y que por consiguiente la postura teísta cae por su propio peso, puesto que sus defensores deben afirmar que saben más de lo que puede saber nadie (no sólo sobre la existencia de un creador, sino sobre lo que piensa del sexo, la alimentación, la guerra y otros temas). Con gran atrevimiento, el profesor Victor Spenger plantea el argumento de que ahora ya sabemos bastante para desechar por completo la hipótesis de dios.
Dios, por supuesto, escrito siempre con minúsculas.

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2) Tropiezo el domingo en El País con un artículo sobre religión y humor. Habla de un libro que agavilla chistes (blandos, amables) sobre las principales religiones.
Y también sobre ateos.
Sospecho que no incluye uno de mis chistes ateos favoritos, porque más que reírse del falso Dios se ríe del verdadero: Borges. Concretamente del Borges que dijo que Pinochet era una excelente persona y la democracia un abuso de la estadística:
Borges es la prueba de que Dios no existe, porque si existiese, lo habría hecho mudo y no ciego.
Luego reparo en el título: Las religiones hacen gracia. Y pienso:
Las religiones de ese conciliador e insignificante libro de facecias hacen gracia. Las de la realidad son directamente ridículas.
Dios me habla. Dios me escucha. Dios me va a castigar. Dios está siempre a mi lado. Tenemos un texto dictado por Dios palabra por palabra. Son cosas ridículas que dicen las personas religiosas, algunas de las cuales nuestros ateos consideran muy poco serias en el vídeo.
Todos están de acuerdo en una cosa: la discusión inteligente, adulta, razonada no es posible con alguien que dice saber más de lo que es posible saber, con alguien que utiliza como argumento su fe en las Escrituras.
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Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (6)

Cabalgan locuaces los cuatro jinetes del ateísmo hacia el ocaso de la primera hora de conversación.
No llevan un mapa, no tienen un plan, pero apenas hay silencios. Sólo los necesarios: para articular con precisión una idea, o para dejar hablar al que tiene la palabra.
Casi nunca se interrumpen. Sólo Hitchens tiene esa fea costumbre, pero le perdonamos porque el suyo es un caballo impetuoso y apasionado.
Por otro lado, está bien que no haya más enemigos en la round table que los que nombra en sus ejemplos y anécdotas. Para qué, si siempre vienen con los mismos flojos argumentos.
Mejor me parece poder conocer a fondo, desde diversas perspectivas, de esta manera relajada, un pensamiento de verdad, aunque sea poco esperanzador.
En el clip de hoy, Sam Harris plantea una cuestión interesante: ¿Hay algo que haga vacilar a estos tipos, algo que les haga cuestionarse si lo que piensan es cierto o está bien decirlo?
Dawkins hace referencia al perfecto equilibrio de las constantes del universo. Pero enseguida recurre a una de sus preguntas favoritas: ¿Quién afinó al Afinador?
La verdad es que uno se queda dudando un poco cuando conoce el mínimo margen en el que interaccionan con éxito las cuatro fuerzas, por ejemplo.
Encuentro en una libreta este fragmento de El arco iris de Feynman de Leonard Mlodinow:
Es el equilibrio de las cuatro fuerzas de la naturaleza, sus intensidades relativas y propiedades diversas, lo que permite que exista el universo tal y como lo conocemos. Por ejemplo, supongamos que la fuerza gravitatoria no fuera tan débil comparada con la fuerza fuerte. Entonces las estrellas se comprimirían más y su combustible nuclear se consumiría mucho más rápidamente, impidiendo la evolución de la vida. Por el contrario, si la gravedad fuera mucho más débil, la repulsión electromagnética impediría que la materia se agrupase en estrellas. Si la fuerza fuerte no fuera tan grande comparada con las fuerzas electromagnéticas, la mayoría de los núcleos atómicos se desintegrarían. Y si el número de electrones y protones en la materia estuviera desequilibrado en tan solo un 1 por 100, la fuerza electromagnética entre usted y alguien a un metro de distancia sería mayor que el peso de la Tierra.
También estas palabras de Sheldon Lee Glasgow, probablemente sacadas de un libro de Punset:

El Sol constituye un mecanismo fascinante que utiliza las cuatro fuerzas y no sólo una. Se precisa de la gravedad para que el Sol sea una unidad. En su interior la presión es muy alta, y por contra también la temperatura. Hace falta la fuerza electromagnética , porque de lo contrario sería como una bomba que estallaría. Es preciso que exista también una interacción fuerte porque sin ella los protones no estarían unidos y no formarían núcleos más complejos. No habría fuente de energía sin la interacción fuerte. Y necesitamos la interacción débil porque permite transformar protones en neutrones. Si no existiese esa fuerza posiblemente no habría Sol.
Y luego está el asunto de la distancia exacta del Sol. Un poco más cerca o más lejos, y no habría nada por aquí.

Del mismo modo, una combinación ligeramente distinta de gases y nuestra atmósfera sería inflamable.
Hitchens utiliza en el vídeo la expresión filo de cuchillo. Vivimos en un filo de cuchillo, en el alambre. Pero enseguida recuerda que el resto del sistema solar está muerto. ¿Para qué toda esa excrecencia espacial?
También hay que considerar el resto del universo ¿Y si hay un multiverso? ¿Y si ha habido múltiples Big Bangs, cada uno con sus leyes y sus constantes?
Como escribe Martin Gardner en ¿Tenían ombligo Adán y Eva? :
Ésa es una manera de defender el principio antrópico contra el argumento de que la precisa afinación del universo es prueba de la existencia de un diseñador. Sabemos que si alguna de las aproximadamente doce constantes se alterara en una minúscula fracción, no sería posible que se formaran estrellas y planetas, y mucho menos que evolucionara la vida. El argumento contrario: si existe una infinidad de universos, cada uno con un conjunto de constantes no planeado, fruto del azar, es evidente que debemos existir sólo en un universo con constantes que permitan evolucionar la vida.
En un nivel más prosaico, la pregunta de Harris me ha hecho pensar en las experiencias autoescópicas de los que han estado cerca de morir. Recientemente, encontré el relato de una en Musicofilia de Oliver Sacks. Uno de sus pacientes fue alcanzado por un rayo en una cabina:

A continuación- pareció vacilar antes de contármelo-, volé hacia delante. Perplejo. Miré a mi alrededor. Vi mi cuerpo en el suelo. Me dije: “Mierda, estoy muerto”. Vi que la gente se reunía en torno a mi cuerpo. Vi a una mujer- había estado esperando a mi lado para usar el teléfono- que se inclinaba sobre mi cuerpo, me hacía las resucitación cardiopulmonar (…) Floté escaleras arriba: mi conciencia venía conmigo. Vi a mis hijos, comprendí que no les pasaría nada. Luego me rodeó una luz blancoazulada, una enorme sensación de paz y bienestar. Lo mejor y lo peor de mi vida pasó ante mí a gran velocidad. Pero sin ninguna emoción (…)puro pensamiento, puro éxtasis. Tenía la sensación de estar acelerado, de que algo me atraía…, de que había velocidad y dirección. Entonces, mientras me decía a mí mismo: “Ésta es la sensación más maravillosa que he tenido”…PAM! Ya estaba de vuelta.
Supongamos que Tony Cicoria vio realmente lo que dice haber visto, que no se ha inventado nada. Entiendo que el cerebro pueda crear la impresión de una luz al final de un túnel, o una luz envolvente; que pueda crear la impresión de ver pasar por delante toda tu vida. Pero, ¿cómo demonios crea la impresión de verte a ti mismo desde fuera y desde arriba, en plena ascensión extracorpórea, justo en la misma situación en que te encuentras muriendo o próximo a morir, en un quirófano o chamuscado en la calle por un rayo?

Este tipo de relatos no son, ni mucho menos, argumentos serios a favor de la fe; probablemente todo tiene una explicación neurológica, pero no dejan de introducir en mi cabeza una mínima dosis de duda.
Como cuando pienso que mi cerebro puede celebrar los cerebros de los cuatro jinetes jugando con algo tan sofisticado como las palabras.
Como cuando pienso que mi cerebro acaba de hablar de sí mismo en tercera persona usando algo tan sofisticado, increíble y misterioso como el lenguaje escrito.



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Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (7)

Lo vimos en la última Misa del Gallo: una chica vestida de rojo saltó la valla de seguridad y se abalanzó sobre el Papa tirándolo al suelo.
Como una groupie histérica que quiere tocar a su estrella de rock favorita.
Como un admirador zumbado que quiere a toda costa hablar con su ídolo.
Una noche, después de un concierto, una loca fan de Robbie Williams llamó a la puerta de la habitación de su hotel. Robbie la miró de arriba a abajo, pensó ummmm y se la tiró. A la mañana siguiente, cuando le dio boleto, ella no podía entenderlo. Robbie, le dijo, ¿y lo nuestro?
Una noche, un loco fan de Neil Young se le acercó después de un concierto y le dijo: Neil, tío, soy Jesucristo. He vuelto. La respuesta de Neil fue memorable: Espero que tengas más suerte esta vez.

¿Quería decirle algo al Papa esa chica? ¿Hola, soy tu menstruación, quizá?
¿Creerá que hay algo entre ellos desde aquella mañana de domingo en que, salvando milagrosamente la distancia, sus miradas se encontraron en la Plaza San Pedro?
No presentaremos cargos contra la mujer de rojo, dijeron en el Vaticano. La pobre tiene un trastorno mental.
Ya, y vosotros sois muy normales.
Es momento de volver a citar la famosa frase de Robert Pirsig:
Cuando una persona sufre espejismos, se llama "locura". Cuando muchas personas sufren espejismos, se llama "religión".
Y hacer una versión ad hoc:

Cuando una persona salta la valla para abrazar a un anciano tocado con una mitra que dice representar al creador del universo, se llama "locura". Cuando muchas personas se quedan detrás para observarlo con arrobo y escucharlo con fervor se llama "religión".
¡Ah, qué locura!

Ya escribí aquí que alguien con fe como el padre Feijoo puede calificar razonadamente de patrañas las historias de vampiros, y sin embargo estar convencido, porque lo pone en un libro, de que la gente salió de sus tumbas en Jerusalén el día en que Jesús resucitó.
En el clip de hoy, Hitchens recuerda este episodio del Evangelio de San Mateo (¿o habría que decir de George A. Romero?) para ilustrar el grado de absurdo al que puede llegar el pensamiento de la persona religiosa.
Y a continuación, Sam Harris pregunta: ¿Qué pasa con la esquizofrenia de esa gente que a pesar de su sólida formación científica sigue aferrada a una fe? ¿Qué pasa con esas personas que son, por volver a Ratzinger,como los Reyes Magos? ¿Qué pasa con esos tipos capaces de fabricar una bomba nuclear y pensar al mismo tiempo que después de morir irán a un sitio lleno de vírgenes y cisnes y ríos de leche?
Entiendo que esto último le parezca plausible a un niño pobre al que le han lavado el cerebro con cuadros del Paraíso en una fábrica de terroristas suicidas de un remoto lugar de Paquistán. Pero, ¿a un físico nuclear?
Y otro interrogante: ¿Es la fe una locura permanente o transitoria? O como lo formula Harris: ¿Podemos nosotros, los ateos egregios con caletre, a través de nuestros libros o nuestras charlas o nuestras conversaciones, curar a la gente de ese delirio?
Yo tengo fe en que sí. De lo contrario, no me habría puesto a subtitular este vídeo, con el tiempo que lleva.
Comienza la segunda hora.


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Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (8)

Todos sabemos que la fe nunca desaparecerá.
Hay muchas cosas que conocemos sobre el universo, pero muchísimas más que ignoramos. Espacio, pues, de sobra para Dios y por consiguiente para la creencia.
Einstein dijo:
La doctrina de un Dios personal que interfiere en el acontecer natural es irrefutable…porque dicha doctrina siempre puede refugiarse en los dominios no hollados por el conocimiento científico.
Ahora bien, en el hipotético caso de que la fe pudiera llegar a erradicarse, ¿desearían los ateos que la combaten un mundo sin ella?

La respuesta parece obvia: naturalmente que sí. Pero con Christopher Hitchens no hay respuestas obvias.
Es él quien plantea la pregunta, y es él, cómo no, el primero que la responde, provocando consideradamente a su amigo oxoniense Richard:
No, no deseo un mundo sin fe, porque sin creyentes, sin representantes del otro bando, ¿con quién iba a discutir?
Hay otros temas, le recuerdan los demás. Cierto, pero ellos son reconocidos especialistas. La repercusión, la importancia de sus discusiones seguiría siendo grande. Su ego no sufriría.

Sin embargo, Hitchens, sin combates dialécticos sobre Dios, sin alegatos contra la religión que escribir, ocupado en mundanas escaramuzas sobre política internacional, perdería buena parte de ese protagonismo que tanto le gusta tener.
Para ti seré un ateo, para Dios soy la fiel oposición, decía el Woody Allen de Stardust memories.
A Hitchens le encanta ser parte destacada de la oposición.
Y argumentar, y llevar la contraria. Está tan bien entrenado que no es fácil tumbarlo. Lo comprueban en el clipde hoy sus compañeros de mesa, a propósito de los yihadistas, la brujería o la astrología.
Curiosamente, cuando veo a Dennett recordar el respingo que dio al enterarse de que Reagan usaba la astrología para tomar decisiones, aparece en los media esta noticia.
De la que se hace eco El intermedio.
Programa al que ahora acusan de atentar contra la libertad religiosa por emitir unas tronchantes animaciones sobre Jesús, Dios y Buda.
Sí, Hitchens se quedaría desolado sin la fe de los demás, pero los programas de humor también lo pasarían mal.


Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (9)

Los cuatro jinetes del ateísmo. Aquí los llamo así con ironía, riéndole la gracia a Dawkins, pero no olvidemos que hay gente que los considera verdaderos adalides del Apocalipsis. Una horrible amenaza para el mundo. Lo peor de lo peor.
Como observa Dennett, después de un buen chiste de Hitchens:
Estoy seguro de que mucha gente piensa que en este momento estamos hablando por el diablo.
Ahora bien, que te asimilen con el mismísimo demonio siendo ateo es halagador.
Salvo, claro está, que seas ateo y diputado de Izquierda Unida
¿No deberían darle al pobre Llamazares un pellizco de los 25 millones de dólares de la recompensa por contribuir a la captura de Bin Laden? ¿Por servir como plantilla para representar la careta diabólica que se ponen todos esos tarados que una y otra vez, con o sin éxito, lanzan sus desquiciados ataques por el mundo: el tipo del hacha que el caricaturista de Mahoma se encuentra en el pasillo, el tipo del vuelo a Detroit con explosivos en los calzoncillos, el agente doble tan tan talibán que se carga de un plumazo a siete espías americanos ….?
Demoníacos islamistas radicales.
¿Será posible hacer que esa gente entre en razón?, preguntaba Dennett al final del último clip. Y aquella pregunta da origen en el fragmento de hoy a un debate sobre la historia y la naturaleza del Islam, que deriva hacia una discusión sobre lo que se puede saber pero es mejor ignorar, y los vínculos del discurso artístico con la religión.
Hitchens compara el Islam con el Cristianismo y el Judaísmo, y señala una clara diferencia: el primero pretende tener la última palabra.
También hay una clara característica en común: en las tres religiones el diablo obra y habla a través de sus más acérrimos fieles.
Mira a los israelíes, abriendo las compuertas de una presa para inundar varios pueblos de Gaza.
Mira al obispo Munilla, diciendo que la situación espiritual de los españoles es un mal mayor que la catástrofe de Haití.


¿No me digas que no podría protagonizar un remake de El día de la Bestia en el que la Bestia fuese él?


Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (10)

Décima entrega.
La conversación deriva ahora hacia la literatura. Hacia la propia literatura casi.
Hitchens está a punto de sacar de la maleta su antología comentada de textos para el no creyente (que para eso se llama El ateo portátil), y leer uno de los poemas incluidos en ella, Church going de Philip Larkin. Pero la cosa se queda en una glosa de la mínima introducción que allí le apareja:
Sobre “Visita a una iglesia”, lo único que quiero decir es que, siguiendo la línea del poema de Thomas Hardy, combina el máximo respeto con la mínima credulidad.
También alude a Death be not proud de John Donne: Maravilloso poema, afirma, pero un galimatías si miras sólo las palabras (Si quieres saber lo que pasa cuando alguien con caletre se fija, no ya sólo en las palabras de ese texto- aquí traducido como Soneto X-, sino también en los signos de puntuación, nada mejor que ver Wit de Mike Nichols, disponible con subtítulos en YouTube)

Por otro lado, Dawkins insiste en un tema al que dedica un capítulo entero de El espejismo de Dios: la reivindicación de la Biblia.
El arte, la música, la literatura, el idioma que hablamos no se entienden sin la Biblia.
Comparto su opinión: hay que conocer la Biblia, aunque sólo sea para apreciar el humor de La Biblia según Mark Twain.
También me parece importante para comprender conceptos como misoginia y homofobia, y expresiones comomatusalénico, adamismo, cuatro jinetes o, cómo no, catástrofe de proporciones bíblicas.

A propósito, las últimas noticias que llegan de Haití guardan relación con aspectos que nuestros ateos tratan en el clip de hoy: el futuro de las iglesias y el valor de la Biblia como relato de evasión.
1) El terremoto ha derribado las principales iglesias de Puerto Príncipe, pero oh, una cruz ha quedado en pie y es objeto de veneración. El que no se consuela es porque no quiere.
2 ) La ONG Faith Comes By Hearing ha enviado Biblias audibles a los damnificados. A los que no les consuele su mensaje, les quedará el consuelo de la ficción escuchada al calor del fuego del infierno.
El desastre, por cierto, ha producido su propia literatura: la de los que inventan alambicadas respuestas a la pregunta ¿Dónde está Dios? Con lo fácil que es responderla:
Dios está donde ha estado siempre, en las cabezas de los que creen en él.


Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (11)

Once entregas ya.
Se acerca el final de la charla y llego a él un poco más sabio, un poco más escéptico (si cabe) y bastante triste, para qué negarlo. Hasta el punto de que no descarto quedarme el resto del mes con los jinetes haciendo algún que otro tráiler simpático, o un montaje titulado The Four Horsemen Funny Stuff.
Precisamente en el clip de hoy hay bastante material en esa línea, en especial una frase de Freddy Ayer con la que Richard Dawkins consigue que todos se partan el eje.

- (General laughter) pone en la trascripción que uso del nunca bien ponderado Aesthetic Atheist (thank you)-
Creo que hasta Peñarrubia, que no se ríe por cualquier cosa, se va a tronchar cuando la oiga.
Tal vez recordando de paso aquello que solía hacer en las cenas de empresa, siempre que había al menos un creyente entre los comensales.
Cuando servían los entremeses, con la complicidad de los demás ateos y agnósticos de la oficina, rogaba silencio, cerraba los ojos, entrelazaba las manos, ponía cara de Michael Landon, bajaba la cabeza, y decía suavemente:
Señor, bendice estos alimentos de una puta vez, porque tenemos una necesidad perentoria de llevárnoslos a la boca.
El caso era provocar. Porque si hay algo que le gusta a Peñarrubia es ofender, epatar, Luis Buñuel destrozando a patadas un árbol de Navidad en la casa de Charles Chaplin.

Recientemente me mandó un correo que incluía este enlace y las siguientes palabras:
Échale un vistazo a The invention of lying. Buena provocación atea.
The invention of lying es la penúltima creación del gran Ricky Gervais. Una de las películas de serie A peor dirigidas, montadas e interpretadas que he visto en mucho tiempo; una chapuza integral que además se atreve a usar para los créditos la mítica letra Windsor, también conocida como Woody Allen font.
Pero sale Jennifer Garner, tiene un buen libreto (sobre el papel) y una premisa interesante: en un mundo donde sólo existe la verdad y todo el mundo dice lo que piensa con una honestidad brutal, un pobre diablo descubre que puede mentir y transformar la realidad en su beneficio.

Un día, en el hospital, mientras su madre agoniza atormentada por la idea de desaparecer para siempre, se le ocurre consolarla con una disparatada historia:
No morirás, le dice, irás a un lugar donde te encontrarás con tus seres queridos y tendrás una mansión para vivir en la gloria.
El personal médico le escucha fascinado (porque en esa realidad no hay ninguna razón para creer que lo que alguien dice es falso), quieren saber más detalles, y así nuestro hombrecillo se convierte en profeta de la religión del Hombre en el Cielo.
Una mentira consoladora que va creciendo como una bola de nieve, hasta que la presión social le obliga a imaginar una suerte de mandamientos que pega en unas cajas de pizza a modo de tablas de la ley.
Es, ciertamente, una cinta ofensiva, cuyo espíritu resume muy bien esta imagen provocadora, con product placement incluido,
Pero ¿significa eso que mi otrora admirado Ricky Gervais, el genio cómico de The office, ha tenido que esconderse por serias amenazas de muerte? No (aunque lo que hace con la cámara es para matarlo).
En los comentarios de IMDB le han dado palos por todas partes, pero nada más.
Y es que hay ciertas diferencias entre las religiones, diferencias en su relación con la violencia y en su reacción a la ofensa, por ejemplo (si bien todas mienten de la misma manera y en el mismo sentido).
De eso hablan (entre otras cosas) nuestros amigos ateos a continuación.
Que lo disfrutes.


Fuente: Arácnido en Tupelo

Los Cuatro Jinetes del Ateísmo (y 12)

Y por fin, la entrega número 12. Básicamente reducida a una discusión de Hitchens y Harris sobre los peligros de la religión y el dogmatismo.
A propósito de los peligros del dogmatismo, el otro día vi un documental titulado The problem with atheism, que examinaba el ateísmo como otra religión, también de consecuencias nefastas.
Salía Dawkins como insigne representante y le preguntaban: ¿Acaso el ateísmo no es también pernicioso para la sociedad? ¿Acaso el ateísmo de la Rusia comunista no causó también una gran cantidad de muertos?Lógicamente respondía: Esos crímenes no se cometieron en nombre del ateísmo.
El vídeo tiene su interés- sobre todo si has leído recientemente, en el suplemento del New York Times, un artículo que recomienda prestar atención a formas de pensar contrarias a las tuyas para mantener la mente en forma- y momentos divertidos como ése en el que Dawkins recibe como obsequio una curiosa camiseta

Sin duda hubiera subtitulado y colgado un clip aquí hoy, de no haber estado ocupado creando (es un decir) un par de trailers para el lanzamiento (es otro decir) de los subtítulos sueltos de The Four Horsemen en SubDivX. Éstos son
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Obviamente no se me escapa (y menos ahora que presto atención a otras maneras de pensar) que muy bien podrían volverse a lo divino y convertirse en spots arrojadizos de cualquier otro video de charlas de creyentes.
Primero, los contados y mínimos silencios de los repugnantes jinetes. Luego, algo como esto:
Eso es todo lo que merece la pena en 2 horas de cháchara banal e insolente.
Finalmente, un enlace más provechoso. Por ejemplo:

Mejor visita www.cinemaspope.com
(se trata de web imaginaria con vídeos, en los que cuatro críticos de cine del L´Osservatore Romano discuten sobre las principales películas de Papas, prestando especial atención a los valores que transmiten).
Bueno, y sin más dilación, el último corte.
Como los demás, y como dice Dennett, con mucho para pensar.
¡A disfrutarlo!
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