Todavía persisten
dudas sobre existencia de
Gliese 581 g, hasta la fecha el primer planeta habitable que hemos descubierto. Pero, en cualquier caso, ¿cómo sería darse un paseo por la superficie de este planeta?
Un hipotético bosque situado en el terminador de Gliese 581 c, desde Gl 581g el sol (Gliese 581) se vería más pequeño. Las plantas están orientadas hacia la estrella, que permanece fija en el cielo. El planeta que vemos en primer plano es Gl 581b (Don Dixon).
Veamos, de Gliese 581 g sólo conocemos su órbita y su masa mínima -3,2 veces la masa de la Tierra-, todos ellos parámetros que podrían cambiar en el futuro como resultado de análisis posteriores. No obstante, a partir de estos datos somos capaces de construir modelos atmosféricos del planeta en base a unas cuantas suposiciones racionales. La primera es que Gl 581g se trata de una
supertierra, es decir, un planeta con una corteza sólida de silicatos. La segunda suposición es que el planeta posea una atmósfera significativa con una presión superficial que como mínimo sea similar a la terrestre.
Mapa general de las temperaturas y vientos de Gl 581 g suponiendo acoplamiento de marea y una atmósfera de 0,95 bar (Heng et al.).
Keving Heng y Steven Vogt (el descubridor de Gl 581g), han realizado
una simulación informática del clima de este planeta en una variedad de situaciones. En el primer caso se ha supuesto que, debido a su distancia orbital (0,15 UA), el planeta ha sufrido el acoplamiento de marea (
tidal locking). Es decir, muestra siempre el mismo hemisferio hacia su estrella, por lo que las diferencias de temperatura entre el lado diurno y el nocturno deben ser enormes. Según la simulación, la temperatura en el lado diurno debe mantenerse en el rango 0º - 100º C, con el máximo en el
punto subestelar (el situado en la perpendicular de la radiación estelar). En el hemisferio nocturno las temperaturas más bajas no serían inferiores a los -15º C. ¿Y qué hay de los vientos huracanados que supuestamente se generarían entre ambos hemisferios? Pues de acuerdo con los resultados, los vientos constantes más veloces no superarían los 10 m/s (32 km/h), aunque la mayoría sería del orden de 1 m/s, comparables a los vientos terrestres. Por supuesto, estamos hablando del
clima, no del
tiempo, es decir, podrían darse temporalmente temperaturas o vientos mucho más extremos. Lo que sí queda claro es que, salvo en algunas zonas, la temperatura de Gl 581 g no sería en absoluto incompatible con la vida ni con la presencia de océanos de agua líquida. Como otros modelos han apuntado, las zonas próximas al terminador (la línea que separa el día de la noche) serían las más favorables para la vida.
Temperaturas en Gliese 581 g suponiendo que sufra acoplamiento de marea (arriba) o que presente días y noches (abajo). Se supone una atmósfera de 0,95 bar (Heng et al.).
Distribución de vientos suponiendo acoplamiento de marea (arriba) o no (Heng et al.).
¿Y si Gl 581 g no sufriese acoplamiento de marea? En ese -improbable- caso el planeta tendría días y noches, por lo que las distribuciones de viento y temperaturas serían más parecidas a las terrestres. Sin embargo, no habría estaciones, ya que el eje de Gl 581g probablemente no esté inclinado más allá de unos pocos grados (el
tidal locking también elimina las inclinaciones excesivas de los ejes de rotación). En este caso, obviamente, las temperaturas ecuatoriales serían las más elevadas y las polares las más frías. En cuanto al patrón de vientos, existiría una corriente ecuatorial que se movería en sentido contrario al de la rotación (-1 m/s) y otra corriente superrotacional en latitudes medias (1 m/s en el mismo sentido de la rotación). Las zonas más favorables para la vida estarían situadas en estas latitudes, aunque obviamente la distribución de los hipotéticos continentes y océanos podría cambiar drásticamente este panorama. Una nota de atención: este modelo no ha tenido en cuenta el efecto invernadero derivado de la presencia de dióxido de carbono u otros gases, que elevarían significativamente la temperatura media del planeta.
Velocidad media de los vientos según la latitud suponiendo acoplamiento de marea (línea gruesa) o no (puntos) (Heng et al.).
Es posible que las formas de vida más complejas que viviesen en un mundo de estas características sólo puedan desarrollarse plenamente en las longitudes habitables cercanas al terminador. ¿Qué pensaría de su entorno una especie inteligente que evolucionase en este lugar? De entrada, es muy probable que los organismos fotosintéticos no sean verdes, ya que el espectro de Gliese 581 no es el más adecuado para la clorofila. Puesto que el sol permanecería inamovible en el cielo visto desde un lugar determinado, las plantas estarían orientadas de forma permanente hacia la estrella. Podemos imaginar una civilización asentada cerca del terminador cuyas leyendas estén dedicadas a intrépidos exploradores que se aventuraron en el siniestro hemisferio oscuro. Quizás alguna de estas leyendas dice algo así como "si ves que el dios Sol se mueve con respecto al horizonte, da marcha atrás". O quizás usen un GPS para no perderse, quién sabe. ¿Y cómo sería la cultura astronómica de una civilización de estas características? Los tres planetas más internos del sistema -Gl 581e, 581b y 581 d- cruzarían el sol cada pocos días. Además se podría ver a simple vista su disco, así como el de Gl 581 d, situado fuera de la órbita de Gl 581 g. Un espectáculo impresionante.
Incluso si Gliese 581 g resulta ser un espejismo, el análisis de las condiciones de mundos similares es fundamental para entender la habitabilidad alrededor de las enanas rojas, las estrellas más abundantes del Universo...y de nuestro vecindario galáctico.
Recreación artística de Gl 581c (vale para 581g). Se supone la existencia de un océano en el punto subestelar que estaría en ebullición constante (Don Dixon).
El sistema Gliese 581 (NASA).
El sistema de Gl 581 en escala logarítmica (en Unidades Astronómicas) (fuente).
Referencias: