Con el periodo carbonifero aparecen los ancestros de las arañas actuales. El Cryptomartus hindi y el Eophrynus prestivicii tenían aproximadamente el tamaño de una moneda de 50 peniques, y deambularon por la Tierra durante el Periodo Carbonífero, de 359 a 299 millones de años atrás. Ésta fue una época anterior a la de los dinosaurios, cuando la vida emergía de los océanos para vivir en la tierra.
Fuente: Noticias Ciencia
Reconstruyen el Aspecto de las Protoarañas de 300 Millones de Años Atrás
Un nuevo trabajo de investigación ha revelado en modelos 3D el aspecto básico de unos antiguos parientes de las arañas actuales, los cuales vivieron hace unos 300 millones de años.Científicos del Imperial College de Londres han creado detallados modelos informáticos 3D de dos especímenes fosilizados de las especies extintas Cryptomartus hindi y Eophrynus prestivicii, parientes cercanos de las arañas modernas, y con un aspecto calificable como el que comúnmente asociamos a una araña, aunque con algunos rasgos inusuales.
El estudio revela algunas de las características físicas que les ayudaron a cazar sus presas y a evadir a los depredadores.
Los investigadores crearon las imágenes utilizando un dispositivo de tomografía computerizada, con cuyos rayos X escanearon detalladamente la estructura de cada fósil. Los escaneos fueron entonces encajados en modelos 3D precisos, usando un software especial.
El Cryptomartus hindi y el Eophrynus prestivicii tenían aproximadamente el tamaño de una moneda de 50 peniques, y deambularon por la Tierra durante el Periodo Carbonífero, de 359 a 299 millones de años atrás. Ésta fue una época anterior a la de los dinosaurios, cuando la vida emergía de los océanos para vivir en la tierra.
Estudios anteriores de restos fosilizados del Cryptomartus hindi permitieron a los científicos ver algunos rasgos del animal, el cual tenía cuatro pares de patas y lucía un aspecto muy similar al de una araña.
Los modelos también revelan nueva información sobre el Eophrynus prestivicii. Estudios anteriores de restos fosilizados de esta criatura sugieren que podía haber cazado en el suelo del bosque. Tenía largas patas que le permitían correr con rapidez a través de la hojarasca para perseguir, atrapar y matar a su presa.
Los nuevos modelos revelan, por primera vez, que el Eophrynus prestivicii tenía espinas defensivas en su espalda. Los investigadores creen que las espinas pudieron ser una adaptación defensiva para hacer del animal una comida menos tentadora ante los anfibios que en aquella época ya hubieran emergido de los océanos instalándose en tierra firme.
El autor principal del estudio es Russell Garwood.Información adicional en:
