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++ Hace 4,4 millones de años aparece el 'Ardipithecus Ramidus', el presunto antecesor del hombre actual conocido como 'Ardi'.

Fuente: Europapress

EXPERTOS DISCUTEN SI FUE EN UN BOSQUE O EN UNA SABANA

¿Dónde vivió Ardi hace 4 millones de años?


MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -


El 'Ardipithecus Ramidus', el presunto antecesor del hombre actual conocido como 'Ardi', que fue nombrado por la revista 'Science' en 2009 como el 'Avance del Año', está en boca de la comunidad científica. Argumenta que hay escasas evidencias de que la criatura habitó en densos bosques en el lugar de África en el que vivió hace 4,4 millones de años, según ha informado la Universidad de Utah.
El director y autor de un estudio y geoquímico de la Universidad de Utah, Thure Ceirling, ha señalado que hay "abundantes evidencias" para que 'Ardi' habitase en la Sabana africana, en una publicación "crítica" y con "comentarios técnicos", que saldrá a la luz mañana viernes en 'Science'.
Este trabajo "crítico", que ha sido elaborado por ocho geólogos y antropólogos de siete universidades distintas, señala que es importante conocer donde habitó 'Ardi' porque el argumento de que vivió hace 4,4 millones de años de antigüedad en los bosques fue utilizado en contra de la teoría de la evolución humana, conocida como la 'hipótesis de la sabana'.
Esta hipótesis mantiene que una expansión de las sabanas propició que estos antecesores de los humanos, casi monos, descendieron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos para encontrar comida de forma más eficiente o alcanzar otros árboles para refugiarse o abastecerse.
El pasado mes de octubre, un equipo de unos cuarenta científicos dirigidos por Tim White de la Universidad de California, Berkeley, publicó once estudios en 'Science' que resumían 17 años de trabajo en los cuales excavaron fósiles de 'Ardipithecus', incluido una parte de un esqueleto femenino que se bautizó con el nombre de 'Ardi', así como 150.000 fósiles de animales y plantas. Estos caracterizaron el medio ambiente de lo que ahora ese Aramis, en Etiopía, como una zona de bosques y caminos con un clima más fresco y húmedo que el actual.
En diciembre, 'Sience' nombró esta investigación que dio cobijo al Ardipithecus y su entorno que en 2009 fue calificado como 'Avance del Año', en el que citaba cómo los fósiles eran más de un millón de años anteriores que aquellos que antes se consideraban los restos parciales de un esqueleto de un homínido más viejos del mundo, los de la Australopithecus afarensis conocida como 'Lucy'.
Sin embargo, un mes antes, Cerling y otros siete científicos comenzaron sus críticas a 'Science', algo que la revista no ha publicado hasta ahora, cuando Cerling y el coautor y geólogo Frank Brown, también de la Universidad de Utah, que están en terreno en Kenya y dificultan la investigación. Ambos han expresado su frustración porque esta situación se prolongara tanto.
Los investigadores de la Universidad de Utah critican que la publicación estaba co-escrita por dos antropólogos, Richard Kelin, de la Universidad de Stanford, y John D. Kingston, de la Univerisdad de Emory, y por otros cuatro geólogos: Naomi Levin, de la Universidad Johns Hopkings, Jay Quade de la Universidad de Arizona, Jonathan Wynn, de la Universidad del sur de Florida y David L.Fox, de la Universidad de Minessota.
La mayoría de los autores han estudiado los restos antiguos y otros indicadores geológicos del entorno en que habitaron los homínidos en África.
La crítica concluye que Ardi vivió sobre todo en los árboles o arbustos de sabana, con un 5 por ciento a un 25 por ciento de un área cubierta por árboles o matorrales, y no el mínimo del 60 por ciento para llegar a la definición de un bosque cerrado. Cerling admite que Ardi podría haber vivido en un bosque con un corredor como un río, pero era un río que atravesaba la sabana. "No era una pradera pura ni tampoco un bosque", asegura Brown.
"Eso es lo que la gente llama sabana", insiste Cerling, lo que se contradice con los postulados de White y sus colaboradores, quienes proponen un habitat que en su mayor parte estaba "poblada de árboles con las copas de sus árboles conectadas". Igualmente, la crítica concluye que aunque sus autores no juzgan la validez de la hipótesis de la sabana, la conexión entre los antecesores del hombre que andaron erguidos y la expansión de praderas sigue siendo una opción válida.

Fuente: EL País

El antepasado más antiguo del hombre era distinto del mono

'Ardi', un millón de años anterior a 'Lucy', arroja nueva luz sobre la evolución


Era hembra, medía 120 centímetros, pesaba unos 50 kilogramos y vivió en la famosa región de Afar en Etiopía hace 4,4 millones de años. Ardi, que es como la han bautizado, es el ejemplar más completo encontrado del antepasado más antiguo de los seres humanos, el Ardipithecus ramidus, que ha tardado 17 años en ser presentado oficialmente en sociedad. Ahora lo hace con la pompa correspondiente al hallazgo de toda una generación en paleoantropología. El nuevo homínido significa un salto hacia atrás de más de un millón de años en el conocimiento de la estirpe del ser humano y, a pesar del completo estudio ahora presentado, las discusiones sobre cómo vivía, si verdaderamente andaba erguido, y lo que representó en la evolución humana no han hecho más que empezar.
Los caninos indican que los machos eran socialmente poco agresivos
La revista Science le dedica un número especial a los estudios realizados por 11 equipos internacionales de todos los aspectos de A. ramidus, sobre la base de 110 fósiles. Tanto en Etiopía como en Estados Unidos se ha presentado a Ardi y sus congéneres, cuyos restos fósiles han sido excavados pacientemente en un terreno sumamente difícil por el equipo dirigido por el estadounidense Tim White. Hasta ahora sólo se conocían unos pocos e incompletos huesos fósiles del nuevo género.
Hasta ahora eran los australopitecos -representados sobre todo por la famosa Lucy, que vivió hace 3,2 millones de años y fue hallada en 1974-, los antepasados más antiguos conocidos del hombre. Lucy demostró que los homínidos empezaron a andar erguidos antes de que aumentara el tamaño del cerebro, y los científicos, a partir de entonces, se empezaron a preguntar que pasó antes. ¿Andarían erguidos ya los antepasados de Lucy o se apoyarían sobre los nudillos y se colgarían de las ramas de los árboles como los chimpancés?
Se cree que el último antepasado común compartido por humanos, chimpancés, gorilas y bonobos vivió hace seis o más millones de años. Aunque Ardipithecus no lo sea, probablemente compartió varias de las características de este antepasado, señalan los científicos. Del análisis de los fósiles han deducido que se movía por los árboles a cuatro patas pero podría andar erguido sobre el suelo, aunque distancias cortas. Estos homínidos parecen haber vivido en un entorno boscoso.
El ejemplar Ardi tiene las manos prácticamente completas, lo que significa un tesoro para los paleontólogos. Sus muñecas indican que podía subirse a los árboles pero no lo hacía con la soltura de los actuales monos. Por eso, los chimpancés, por ejemplo, ya no se pueden considerar indicativos de cómo era el antepasado común, ya que debieron de evolucionar después de separarse del ancestro común. Además, las manos de A. ramiduseran ya relativamente diestras para manejar objetos.
En cuanto al cerebro del nuevo antepasado, era pequeño, como el de los chimpancés actuales. Además, parece haber poca diferencia de tamaño total entre machos y hembras, y el cráneo y los dientes indican que tenía una cara pequeña y que era poco agresivo socialmente. Este último rasgo se deduce, curiosamente, de la ausencia de un canino protuberante y afilado en los machos. Esto sugiere que los conflictos entre machos eran menos frecuentes que en otros primates como los chimpancés y los gorilas, explica otro investigador, C. Owen Lovejoy, de la Universidad de Kent.
"En Ardipithecus tenemos una forma no especializada que no ha evolucionado mucho en la dirección de Australopithecus, por lo que, cuando vas de la cabeza a los dedos del pie, lo que ves es una criatura mosaico, que no es ni chimpancé ni humano. Es Ardipithecus", dice Tim White, de la Universidad de California en Berkeley
"Darwin fue muy sabio en este respecto", añade White. "Dijo que tenemos que ser muy cuidadosos. La única forma de saber realmente a quién se parece este último antepasado común es ir y encontrarlo. Bien, pues de hace 4,4 millones de años encontramos algo bastante cercano. Y, tal y como Darwin entendió, la evolución de los linajes de los simios y los humanos ha avanzado independientemente desde la época en que esas líneas se separaron, desde el último antepasado común que compartimos".

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