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++ Hace 65 millones de años, extinción de dinosaurios

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Los paleontólogos dicen que los seres humanos evolucionaron a nuestro estado actual sólo gracias a que un impacto de asteroide hace 65 millones de años aniquiló a los principales depredadores del planeta, los dinosaurios. Aunque recientemente algunas teorias apuntan a que el impacto de un asteroide no fué la causa principal de la extinción de los dinosaurios, sino que sólo fué un factor más acumulado a un periodo de extinción progresiva que estaban sufriendo, al igual que otras especies, debido a un cambio climático que dió como resultado una inadaptación al medio.



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FuenteInvestigadores describen el lugar donde hace 65 millones de años impactó el gigantesco meteorito que provocó una de las mayores extinciones sobre la Tierra. 

 
El mapa del Golfo de México muestra la localización del acantilado de Campeche y el cráter del impacto que causó una extinción global hace 65 millones de años. 

 
El acantilado de Campeche. 

Dia 11/12/13. 

Hace unos 65 millones de años, un asteroide o un cometa se estrelló en un mar poco profundo cerca de lo que hoy es la península de Yucatán, en México. La tormenta de fuego y la inmensa nube de polvo resultantes causaron la extinción de muchas plantas de la tierra y de los animales grandes,incluyendo la mayoría de los dinosaurios. Esta es la historia oficial sobre la desaparición de estos fascinantes seres, una hipótesis que los científicos han confirmado con nuevos descubrimientos en los últimos años. Ahora, un grupo internacional de investigadores ha presentado en la reunión de la American Geophysical Union (AGU) que se celebra esta semana en San Francisco, pruebas de quelos restos del devastador impacto están expuestos a lo largo de la escarpa de Campeche, un inmenso acantilado bajo el agua en el sur del Golfo de México. 

El impacto del meteorito creó un enorme cráter, de más de 160 kilómetros de diámetro. Por desgracia para los geólogos, este cráter es casi invisible en la actualidad, enterrado bajo cientos de metros de escombros y casi un kilómetro de sedimentos marinos. Aunque se han encontrado secuelas del impacto en rocas de todo el mundo, muy poco se ha investigado sobre las rocas cerca del lugar del impacto, en parte debido a que están tan profundamente enterradas. Todas las muestras existentes de depósitos de impacto cerca del cráter han venido de pozos profundos perforados en la península de Yucatán. 

El pasado marzo, un equipo internacional de investigadores dirigido por Charlie Paull, del Instituto de Investigación del Acuario de Monterey Bay (MBARI) creó el primer mapa detallado del acantilado de Campeche. El equipo utilizó sonares en el buque de investigación Falkor, operado por el Instituto Oceánico Schmidt. Los mapas resultantes se han incorporado recientemente en Google Maps y Google Earth para que puedan ser vistos por los investigadores y el público en general. 

Paull ha sospechado durante mucho tiempo que las rocas asociadas con el impacto podrían haber estado expuestas a lo largo del acantilado submarino de Campeche, de 600 kilómetros de longitud, justo al noroeste de la Península de Yucatán. De casi 4.000 metros de altura, este acantilado es uno de los accidentes submarinos más escarpados y altos de la Tierra. Es comparable a una de las paredes del Gran Cañón, a excepción de que se encuentra a miles de metros bajo el mar. 

Registro del impacto 

Al igual que en las paredes del Gran Cañón, las capas de rocas sedimentarias expuestas en la faz de Campeche proporcionan un registro secuencial de los eventos que han ocurrido durante millones de años. Sobre la base de los nuevos mapas, Paull cree que las rocas formadas antes, durante y después del impacto están expuestas a lo largo de diferentes partes de este acantilado submarino. 

De la misma forma que un geólogo puede caminar por el Gran Cañón para cartografiar las capas de roca y recolectar muestras, Paull espera un día realizar un trabajo de campo geológico y tomar muestras a lo largo de la escarpa de Campeche. Hace apenas un par de décadas , la idea de realizar sondeos geológicos a gran escala a miles de metros bajo la superficie del océano habría parecido una fantasía lejana. En los últimos ocho años, sin embargo, esa cartografía se ha convertido en casi una rutina para los geólogos de MBARI utilizando robots submarinos. 

Los mapas de nueva creación del acantilado de Campeche podrían abrir un nuevo capítulo en la investigación de uno de los más grandes eventos de extinción en la historia de la Tierra. El análisis detallado de los datos y un eventual trabajo de campo en la escarpa revelarán fascinantes nuevas pistas sobre lo que ocurrió durante el impacto masivo que puso fin a la era de los dinosaurios, pistas que han estado ocultas bajo las olas durante 65 millones de años.

Fuente: La media hostia

Cuando los avestruces dejaron de volar

América Valenzuela


avestruz
Los avestruces, los emús, casuarios, ñandúes y kiwis y los extintos moas son aves enormes y que no vuelan. ¿Cuándo y por qué dejaron de volar estos animales?

Un equipo de científicos de la Universidad Nacional de Australia dirigidos por el biólogo Matthew Phillips ha lanzado una novedosa teoría. Propone que estas aves dejaron de volar cuando los dinosaurios desaparecieron de la Tierra. Las fechas coinciden; se extinguieron hace 65 millones de años y estas aves aparecieron poco después.

Hasta ahora se creía que estas aves aparecieron hace 80 millones de años y que derivaban de un antepasado común que no volaba. Pero los resultados del análisis de ADN hechos por el equipo de Phillips concluyen que eso sucedió con la extinción de los dinosaurios. Parece ser que estos eran los principales depredadores de estas aves.

Así que cuando esta amenaza desapareció comenzaron a crecer y crecer hasta que alcanzaron un tamaño tal que sus alas no podían sostenerles en vuelo.

Si la naturaleza permitió que este modelo de ave grande incapaz de volar prosperara es porque efectivamente el vuelo no era necesario para ellos. Eso sí, si ya eran buenos corredores cuando volaban cuando dejaron de hacerlo desarrollaron mucho más su habilidad. Corren que se las pelan. Con sus patas poderosas alcanzan los 60 kilómetros por hora.

Más en RTVE.es.


Fuente: Ciencia Kanija

Confirmado: el impacto de un asteroide en la Tierra acabó con los dinosaurios

Dinosaurios
Un equipo internacional de 41 científicos, en el que participa la Universidad de Zaragoza (UNIZAR), confirma que la extinción masiva producida hace 65,5 millones de años, que acabó con la era de los dinosaurios, fue provocada por el impacto de un asteroide de 12 kilómetros de diámetro en la Península de Yucatán (México). El estudio aporta nuevas evidencias geológicas que fortalecen esta hipótesis.
En la década de 1980 se realizaron los primeros estudios sobre la hipótesis de que un meteorito de grandes dimensiones se había estrellado contra la Tierra hace 65 millones de años, y había afectado a cerca del 70% de las especies animales y vegetales del planeta. En 1991 se descubría en Yucatán (México) el cráter de Chicxulub de más de 200 kilómetros de diámetro que coincidía con las extinciones. A pesar de las evidencias científicas, algunos sectores de la comunidad científica cuestionaban esta hipótesis del asteroide.

Para confirmarla, un grupo de 41 expertos de Europa, EE UU, México, Canadá y Japón presentan en el último número de la revista Science nuevos datos a partir del estudio de las perforaciones submarinas y de sitios continentales, así como del análisis de la literatura científica sobre el tema. Según los investigadores, las hipótesis alternativas no explican la abrupta extinción en masa.

“Tras combinar todos los datos disponibles a partir de diferentes disciplinas científicas, hemos concluido que un asteroide de gran tamaño que colisionó hace más de 65 millones de años en lo que es hoy México fue el principal causante de las extinciones en masa”, confirma Peter Schulte, autor principal del estudio y profesor adjunto en la Universidad de Erlangen (Alemania).
El registro fósil ha demostrado que un evento de extinción en masa, denominado límite K-T, tuvo lugar a lo largo y ancho del planeta hace unos 65,5 millones de años. Los geólogos lo utilizan para marcar el fin del periodo Cretácico y el inicio del periodo Paleógeno (antes conocido como el periodo Terciario).
La aportación española: los fósiles microscópicos
Los tres investigadores de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) que han participado en este estudio son Laia Alegret, Ignacio Arenillas y José Antonio Arz, especialistas en el estudio de fósiles microscópicos (los foraminíferos) que ayudan a datar las rocas sedimentarias marinas que los contienen y a conocer sus ambientes de depósito. Los tres científicos han contribuido a la datación de las unidades sedimentarias relacionadas con el impacto meteorítico en el Golfo de México y el Caribe.
“Nuestra investigación se ha centrado en cuatro líneas: la datación precisa de los sedimentos ligados al impacto de Chicxulub y su correlación con el límite K-T; la intensidad y velocidad de las extinciones en torno al límite K-T (es decir, si la extinción fue catastrófica o gradual); la caracterización ambiental de los depósitos generados por el impacto de Chicxulub; y los bruscos cambios ambientales y climáticos que condicionaron la posterior radiación evolutiva de nuevas especies”, explica a SINC Ignacio Arenillas, uno de los autores españoles e investigador en el Departamento de Ciencias de la Tierra (Paleontología) de la UNIZAR.
Para corroborar la teoría impactista, la investigación española recogió resultados obtenidos en Europa, Sudamérica, el norte de África y en diversos sondeos oceánicos, desde la respuesta de las comunidades marinas a los cambios ambientales desencadenados, incluyendo la intensidad de las extinciones, hasta la radiación evolutiva posterior de nuevas especies.
“El estudio de los foraminíferos nos ha permitido correlacionar el impacto de Chicxulub y la extinción en masa del límite K-T. Además, hemos corroborado que su extinción fue catastrófica, es decir, acontecida en un intervalo de tiempo geológicamente instantáneo, y que por tanto sólo es explicable por la teoría impactista”, señala Arenillas.
Según los científicos españoles, la extinción se produjo “bruscamente” en un intervalo de tiempo ‘geológicamente instantáneo’ (en menos de uno o dos años). “Los principales cambios ambientales y climáticos, así como las radiaciones evolutivas, se produjeron tras el impacto meteorítico en el límite K-T y no antes, como sugerían algunas de las hipótesis rivales”, afirma el paleontólogo.
Ante la complejidad de demostrar los datos, Alegret, Arenillas y Arz confiesan que se encontraron con ciertos obstáculos como la adecuada interpretación de los datos geológicos y paleontológicos: “Había discrepancias de interpretación entre los partidarios de ambas hipótesis en torno a la naturaleza de los sedimentos ligados al impacto de Chicxulub en el Golfo de México, a su edad y, sobre todo, a la velocidad de las extinciones”.
Los tres micropaleontólogos españoles señalan a SINC que aportar evidencias “inequívocas” y datos clave que confirmaran definitivamente la teoría impactista fue “la labor más difícil”.
Descartar las hipótesis alternativas
A lo largo de la historia la comunidad científica ha propuesto muchas hipótesis que han intentado explicar el evento de la extinción masiva. “La que más eco ha tenido es la de las causas múltiples, que no negaba la existencia de impactos meteoríticos o de otros factores de extinción (por ejemplo, descensos del nivel del mar), y proponía como principal causa el incremento de la actividad volcánica en el área del Deccan (en la actual India), hacia finales del Cretácico”, apunta Arenillas. La hipótesis del impacto de Chicxulub quedaba en un segundo puesto, ya que sugería que habría ocurrido hace 300.000 años antes de la extinción del límite K-T.
Según la hipótesis de causas múltiples, las Trampas de Deccan (volcanes inusualmente activos) provocaron un enfriamiento global y una lluvia ácida, principales causantes de la extinción en masa, y no el impacto de un gran meteorito en Chicxulub (México).
Sin embargo, para el equipo internacional esta teoría no es viable. La caracterización ambiental de los sedimentos producidos por el impacto en Chicxulub ha permitido demostrar que algunos mecanismos propuestos por la hipótesis multicausal, como el descenso de 1.000 metros en el nivel del mar en un corto espacio de tiempo, son “técnicamente imposibles”, asegura el paleontólogo.
Un millón de veces superior a la mayor bomba nuclear
Los modelos sugieren que el impacto en Chicxulub desató una energía un millón de veces superior a la de la mayor bomba nuclear jamás detonada. Un impacto de esta dimensión habría eyectado material a altas velocidades por todo el mundo y provocado terremotos superiores a 10 en la escala Richter, así como el colapso de plataformas continentales, deslizamientos de tierra, corrimientos, movimientos en masa y tsunamis. También habrái creado un secuencia de depósitos gruesa y compleja cerca de Chicxulub.
“Si pretendemos desentrañar la secuencia de eventos en torno al límite K-T, quizás el último lugar del mundo en el que deberíamos buscar sea cerca del sitio del impacto en Chicxulub, pues es allí donde más desordenados están los depósitos de sedimentos”, declaran los investigadores estadounideses.
Los científicos han descubierto que, a pesar de la evidencia de un volcanismo “relativamente activo” en India, los ecosistemas marinos y terrestres sólo han exhibido cambios menores durante el periodo de 500 000 años anterior al límite K-T. En el preciso momento en que se alcanza el límite, se produjo una abrupta e importante disminución en la productividad (una medida de la masa total de los seres vivos) y la diversidad de especies.
Además, lejos de Chicxulub, el registro geológico muestra que un único meteorito de gran tamaño impactó contra la Tierra justo en el límite K-T. Todos los cambios notables en los ecosistemas de la Tierra se produjeron justo en ese límite. Así que el impacto de un gran asteroide contra los sedimentos ricos en azufre presentes en Chicxulub sigue siendo la causa más plausible de la extinción en masa en el límite K-T.
Según Sean Gulick y Gail Christeson, investigadores en el Instituto de Austin de Geofísicas de la Universidad de Texas (EE UU), el asteroide habría aterrizado a más profundidad en el agua de lo que se pensaba hasta el momento, liberando más vapor de agua y aerosoles sulfúricos a la atmósfera.
“Esto podría haber incrementado la letalidad del impacto de dos formas: alterando el clima (los aerosoles sulfúricos en la capa atmosférica superior pueden ejercer un efecto de enfriamiento) y provocando una lluvia ácida (el vapor de agua puede facilitar la liberación de los aerosoles sulfúricos de la capa atmosférica inferior)”, asevera Gulick.

Referencia bibliográfica: P. Schulte, et al. “The Chicxulub Asteroid Impact and Mass Extinction at the Cretaceous-Paleogene Boundary” Science vol 327, 5 de marzo de 2010.
Fecha Original: 4 de marzo de 2010
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