Buscar en este blog

++ 1.000 millones de años despues del Big Bang se formó nuestra galaxia, la Via Lactea.

Fuente: La ciencia es bella

Así se formó la Vía Láctea

Un equipo de astrofísicos y astrónomos de las universidades de Zurich y de California, Santa Cruz, presenta la primera simulación de la formación de nuestra galaxia. Tras el vídeo, la traducción del texto:

Ventana externa

La película muestra la formación de una galaxia espiral como la Vía Láctea.
Menos de un millón de años después del Big Bang nacen las primeras galaxias, formadas por nubes de hidrógeno, estrellas y materia oscura.
La gravedad las aglutina, haciéndolas crecer durante 13 000 millones de años hasta la actualidad.
Hace unos 10 000 millones de años se produce la última gran fusión de galaxias. Tras ello, el disco de la galaxia espiral comienza a formarse.
La Vía Láctea adquiere su aspecto actual y crece más despacio capturando gas y galaxias enanas. Esta simulación se calculó en ocho meses en el Swiss National Supercomputing Centre, en Manno, Suiza. Un ordenador personal habría necesitado 570 años.


(Vía The Daily Galaxy)

MAS SOBRE ESTE PERIODO DE LA HISTORIA

MAS SOBRE COSMOLOGIA

MAS SOBRE GALAXIAS


Fuente: Odisea cósmica

Astrónomos realizan un bosquejo de la formación de nuestra Galaxia

Por primera vez, un equipo de astrónomos ha logrado investigar las fases más tempranas de la historia evolutiva de nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Los científicos, del Instituto de Astronomía de Argelander la Universidad de Bonn y el Instituto Max-Planck para la Radioastronomía en Bonn, deducen que en los primeros cientos de millones de años la Galaxia pasó de dispersa a condensada. El equipo de publicará sus resultados en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.


Los científicos echan un vistazo del nacimiento de la Vía Láctea. En esta imagen del Hubble de M80 (NGC 6093), vemos uno de los 147 cúmulos globulares
de estrellas asociadas a nuestra galaxia y que se sabe que contienen cientos de miles de estrellas. Imagen: Hubble Heritage Team/ AURA / STScl / NASA.


Dirigidos por el Profesor Dr. Pavel Kroupa, los investigadores observaron a los grupos esféricos de estrellas (cúmulos globulares) que se encuentran en el halo de la Vía Láctea, fuera de los brazos espirales, regiones más familiares, donde se encuentra el Sol. Cada uno de ellos contiene cientos de miles de estrellas y se cree que se formaron al mismo tiempo como la "protogalaxia'que con el tiempo se convirtió en la galaxia que vemos hoy.


Los cúmulos globulares de estrellas pueden ser considerados como los fósiles que quedaron de los primeros tiempos de la historia de la Galaxia y los astrónomos descubrieron que dejaron indicios de las condiciones en que se formaron. Las estrellas de los cúmulos están condensadas de una nube de gas molecular (relativamente fría de hidrógeno), pero no todo el hidrógeno se consumió en su formación. El gas residual fue expulsado por la radiación y los vientos provenientes de la población de las estrellas recién nacidas.


"Debido a esta expulsión de gas, los cúmulos globulares se expanderon y con ello perdieron las estrellas que se formaban en sus límites. Esto significa que la forma actual de estos cúmulos grupos estaba directamente influenciada por lo que sucedió en sus primeros días de su existencia", explica Michael Marks, estudiante de doctorado del profesor Kroupa y autor líder de este nuevo artículo.


Los grupos obtuvieron su forma en el proceso de formación de la Vía Láctea y los científicos de Bonn calcularon exactamente cómo la protogalaxias afectaron a sus vecinos más pequeños. Sus resultados muestran que las fuerzas gravitacionales ejercidas sobre los cúmulos estelares por la proto-Vía Láctea parecen aumentar al incrementarse el contenido de metales de sus estrellas miembro (en astronomía la palabrea «metales» en las estrellas alude a los elementos más pesados que el helio).


"La cantidad de hierro por ejemplo, en una estrella es por tanto un indicador de la edad. Cuanto antes haya nacido un cúmulo de estrellas mayor es la proporción de elementos pesados que contiene", añade Marcos. Pero como los cúmulos globulares tienen más o menos la misma edad, estas diferencias no pueden ser grandes. Con el fin de explicar la variación en las fuerzas ejercidas en los diferentes cúmulos globulares, la estructura de la Vía Láctea tuvo que cambiar rápidamente en un corto período de tiempo.


La nube gigante de gas de la que formó la Vía Láctea ha tenido que evolucionar desde una estructura difusa a un objeto condensado en menos de unos pocos cientos de millones de años con el fin de aumentar la intensidad de las fuerzas de manera significativa. Este lapso de tiempo corresponde a un período de duración astronómicamente corto durante el que la nube de gas de la protogalaxia colapsó bajo su propia gravedad. Al mismo tiempo, los cúmulos globulares se formaron sucesivamente en la nube de colapso. El material a partir del cual los cúmulos globulares se formaron es algo más joven y de acuerdo a los resultados de esta investigación, experimentó fuerzas de atracción más intensas, este material fue previamente enriquecidos con elementos pesados previamente aportados por estrellas de evolución rápida en los cúmulos más antiguos.


El Profesor Kroupa resume sus resultados. "En este imagen pueden combinarse la elegancia con los resultados observacionales y teóricos, hasta entender por qué se fomaron después agrupaciones más ricas en metales que experimentaron mayores campos de fuerza. Subyacente a este trabajo, tenemos la primera visión detallada de la historia evolutiva primitiva de nuestra Galaxia."



Fuente: La odisea cósmica

Nuestra Galaxia 1. Introducción

Vivimos en una galaxia espiral que vemos como un disco aplanado o una cinta lechosa (Vía Láctea) que cruza todo el cielo. La razón por lo que no veamos nuestra Galaxia como una espiral con brazos como por ejemplo M 51 radica en nuestra perspectiva geométrica.


Nuestra ubicación hace que veamos a nuestra Galaxia como un disco lechoso que se extiende por todo el cielo


Imaginémonos que tratamos de ver la estructura de calles, plazas, centros comerciales y monumentos de nuestra ciudad desde nuestra azotea. La poca altura de nuestro edificio nos proporcionará una vista confusa con luces por todas partes extendiendose en todos los horizontes, no podremos localizar una avenida importante que vista desde un avión sería evidente. Esta analogía es válida sobre cómo vemos nuestra Galaxia. Nuestra perspectiva de perfil dentro ella nos impide ver con claridad su estructura, ciertamente estar dentro de la Galaxia no nos ayuda mucho para poder estudiarla en su conjunto. Sin embargo a lo largo del tiempo los astrónomos han desarrollado técnicas e instrumentos que han permitido afirmar que de hecho vivimos en una espiral y muchos otros datos interesantes.


Se sabe modernamente que nuestra Galaxia tiene unos 100000 años-luz de diámetro y su disco tiene alrededor de 1000 años-luz de espesor. Nuestra Galaxia podría contener de 200000 a 400000 millones de estrellas, el número total va a depender de la cantidad de estrellas de baja masa, algo difícil de determinar con seguridad. Los límites del disco de la Galaxia no son abruptos, sino que gradualmente el número de estrellas disminuye.


El Sol y la Tierra se hallan a unos 2 tercios de distancia del centro a unos 27000 años-luz. Se sabe que el Sol describe una órbita completa cada 225 millones de años, por lo que en los 4500 milones de años de vida que se presumen a nuestro Sol no ha completado sino unas pocas decenas de vueltas.


Últimamente se ha precisado que la forma exacta de nuestra Galaxia en una espiral barrada, con una barra alargada que se extiende en torno al núcleo.


Se cree que la Vía Láctea pudo formarse en el universo primitivo unos 1000 millones de años después del Big Bang, que se estima sucedió hace unos 13700 millones de años.


Fuente: Ciencia Kanija

Nuevas imágenes de Hubble sugieren que la Vía Láctea se formó de una sola vez

47 TucanaeLas pruebas van en contra del escenario predominante de formación de galaxias.
Un análisis preliminar de estrellas viejas en la Vía Láctea parece golpear la teoría predominante de formación de galaxias. El estudio sugiere que varios trozos grandes y aparentemente dispares de la Vía Láctea se formaron a la vez en el colapso de una única porción de gas y polvo.

Esto se encuentra en directa oposición con el escenario principal de formación galáctica, que mantiene que la Vía Láctea y otras galaxias empiezan siendo pequeñas y crecen poco a poco, adquiriendo gravitatoriamente gas y polvo intergaláctico, y fusionándose con otras galaxias de su vecindad inmediata.
Las nuevas evidencias, que los astrónomos enfatizan que son sólo provisionales, proceden de un estudio en curso de un cúmulo globular familiar – una densa y vieja agrupación de más de un millón de estrellas en la Vía Láctea conocidas colectivamente como 47 Tucanae. A principios de año, Harvey Richer de la Universidad de British Columbia en Canadá y sus colegas empezaron a examinar 47 Tucanae con dos cámaras del Telescopio Espacial Hubble — la recientemente instalada Cámara de Gran Angular 3 y la Cámara Avanzada para Estudios, que dejó de funcionar a principios de 2007 pero que fue resucitada por los astronautas durante la misión de servicio del año pasado.
El cúmulo está cerca, pero no dentro de la protuberancia de la Vía Láctea, una masiva concentración de estrellas que rodea el núcleo de la galaxia. Pero debido a que el cúmulo comparte varias propiedades con la protuberancia, tales como composición química y movimiento orbital, los astrónomos consideran la edad de 47 Tucanae un buen representante de la protuberancia.
Un análisis de las imágenes de Hubble, que incluyen una de las visiones infrarrojas más profundas jamás registradas, revela que 47 Tucanae, y por tanto la protuberancia de la Vía Láctea, se formaron hace entre 11 000 y 12 000 millones de años, según informó Richer el 4 de mayo en un simposio sobre evolución estelar en el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore. Dijo que la anterior estimación de la edad que no usó la cámara de Hubble, y dejó al cúmulo con unos 9000 años de edad, simplemente no es correcta.
“Este no es un cúmulo joven. Eso está claro”, dice Richer. Pero advierte que tanto el análisis como las observaciones de 47 Tucanae siguen su curso, por lo que la determinación de la edad exacta aún es “muy preliminar”.
La nueva determinación de la edad coloca a la protuberancia con aproximadamente la misma edad que el halo de la Vía Láctea, una vasta región esférica que se extiende a las afuertas de la galaxia y envuelve el disco plano que contiene los brazos espirales característicos de la Vía Láctea.
Los investigadores habían determinado anteriormente la edad del halo estudiando varios cúmulos globulares que están en su interior. La similitud de edad de 47 Tucanae y el halo galáctico sugiere que las dos estructuras pueden haberse formado simultáneamente, en un gigantesco colapso gravitatorio monolítico de material, comenta Richer. “Puede que los principales componentes de la galaxia se formasen en otro sitio al mismo tiempo desde el principio, y que otros trozos llegasen más tarde”, señala.
Una edad más joven de la protuberancia habría indicado que la galaxia creció más gradualmente y desde fuera a dentro, con el halo formándose primero y la protuberancia central surgiendo pocos miles de millones de años más tarde.
Pero si se mantiene la edad estimada, esto parece estar en conflicto con la teoría de formación galáctica dictada por la teoría de la materia oscura, que mantiene que las galaxias empiezan siendo pequeñas pero que crecen acumulando gas y estrellas robadas a sus vecinos.
Las evidencias de que el halo y la protuberancia de la Vía Láctea se formaron juntos podrían verse como una coincidencia cósmica o un hallazgo que sugiere algún episodio anteriormente desconocido de violencia en los inicios de la historia de la galaxia, comenta Rosie Wyse de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, que no fue colaboradora del estudio.
Una posibilidad, señala, es que la Vía Láctea sufriera una gran colisión no mucho después de su nacimiento y que arrastrase material del halo a la parte central de la galaxia, formando la protuberancia. Esto también podría explicar por qué la masa de las estrellas de la protuberancia es unas 10 veces mayor que las del halo, comenta.
El hallazgo no descarta la posibilidad de que partes de la Vía Láctea crecieran mediante acreción, o acumulación gravitatoria de material, de sus vecinos, dice Richer. De hecho la Vía Láctea sigue creciendo atrayendo materia de las galaxias vecinas más pequeñas, tales como la galaxia enana de Sagittarius.

Autor: Ron Cowen
Fecha Original: 4 de mayo de 2010
Enlace Original

SITIOS FUENTE DEL BLOG (ACTUALIZANDO)▼

PREGUNTAS Y RESPUESTAS▼

 
Subir Bajar