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++ SISTEMA SOLAR - NEPTUNO


MAS SOBRE EL SISTEMA SOLAR

Fuente: Observatorio

Neptuno creciente y Tritón

Planeando sigilosamente a través del Sistema Solar exterior, la cámara de la nave espacial Voyager 2capturó a Neptuno y a Tritón juntos en fase creciente en 1989. La fotografía superior del planeta gigante gaseoso y su nubosa luna fue realizada por detrás justo después de su aproximación más cercana. No podría haberse tomado desde la Tierra ya que Neptuno nunca muestra una fase creciente a la Tierra en la dirección del Sol. El privilegio insólito también destaca la privación a Neptuno de su familiar tono azul, ya que la luz solar vista desde aquí se dispersa y por eso se enrojece como el Sol del crepúsculo . Neptuno es menor pero más masivo que Urano, tiene varios anillos oscuros y emite más luz de la que recibe del Sol.
Fuente: Odisea cósmica

Enorme ciclón en Neptuno se divide en dos

Los astrónomos han detectado un ciclón extraterrestre en el polo sur de Neptuno, lo que puede ayudarnos a comprender mejor las violentas condiciones meteorológicas que azotan este planeta distante. Este descubrimiento podría ayudar también a comprender mejor la estructura interna de Neptuno. El equipo de astrónomos realizó el descubrimiento mientras estudiaba las nubes en otros planetas con el telescopio gigante de 10 metros Keck en Mauna Kea, Hawaii. "Desde el sobrevuelo de la Voyager 2 de Neptuno en 1989, los científicos han sabido de la existencia de una mancha blanca circulando alrededor del polo sur del planeta", explica el Dr. Mate Ádámkovics, investigador de la Universidad de California, Berkeley. "Pero las imágenes de muy alta resolución tomadas en julio de 2007, gracias al sistema de óptica adaptativa de Keck, nos permitieron ver que la mancha se había dividido en dos, y tan sólo dos días después en otra imagen del Keck se veía que habían recombinado." Esta imágenes del polo sur de Neptuno muestran las dos manchas formadas por la división de una única tormenta vista por los astrónomos en julio de 2007. S. H. Luszcz-Cook1/I. de Pater/M. Ádámkovics, and H. B. Hammel. Ádámkovics y sus colegas, encabezados por Statia Luszcz-Cook, creen que probablemente estemos viendonubes de metano atrapadas en un poderoso vórtice ciclónico con fuertes vientos en el polo sur de Neptuno. "He visto este mismo tipo de estructura en uno de los polos de Saturno, y sabemos que está provocada por nubes atrapadas en un huracán gigante en forma de vórtice," añade Ádámkovics. "Las nubes de Neptuno se están comportando de la misma manera. A pesar de que no se puede ver, es probable que un vórtice sea el centro de esta actividad. "A pesar de ser enorme para lo que acostumbramos en la Tierra, con miles de kilómetros de ancho, los huracanes extraterrestres son notablemente similares a los que vemos en la Tierra, incluyendo un ojo bien formado en el centro y un anillo a su alrededor con una fuerte convección." Las presencia de estas nubes en Neptuno es también coherente con la existencia de nubes formadas por la ascensión y condensación de gas metano. En otras palabras, lluvia de metano en Neptuno. En 1989 la sonda de la NASa Voyager 2 observó una enorme tormenta durante su visita al sistema de Neptuno Ádámkovics espera que este estudio de nuevos alicientes para realizar una nueva misión a los gigantes de gas del sistema solar exterior Urano y Neptuno. "Esta sería la única forma de comprobar que la dinámica que vemos en el polo de Neptuno es análoga a lo que podemos ver más cerca, en Saturno", explica Ádámkovics. "Todavía necesitamos saber más sobre la energía interna que subyace a estas manifestaciones climáticas. No se trata tan sólo del calor del sol, y el calentamiento gravitatorio, que conocemos acerca bastante bien." "Tiene que haber algún tipo de calentamiento radiactivo. Al estudiar las nubes en otros planetas podemos podemos entender mejor la estructura interna de esos planetas", agregó Ádámkovics. Fuente original
Fuente: Odisea cósmica

El reciente impacto de un cometa en Neptuno explicaría sus propiedades atmosféricas

Imagen de Neptuno tomada por la sonda de la NASA Voyager 2 en 1989. Crédito: NASA ¿Impactó un cometa en Neptuno hace dos siglos?Esa es la hipótesis que está surgiendo a partir de las últimas mediciones de los gases en la atmósfera del planeta azul gigante. En una reunión celebrada esta semana de la Sociedad Astronómica Americana en Miami, Florida, Paul Hartogh, científico del proyecto para la misión Herschel, el Observatorio espacial infrarrojo de la Agencia Espacial Europea, expuso los primeros resultados de la misión sobre el Sistema Solar.Estos resultados incluyen las mediciones de niveles anormalmente altos de monóxido de carbono en la estratosfera de Neptuno, el rastro del posible impacto de un cometa. Emmanuel Lellouch, un astrónomo del Observatorio de París, publicó por primera vez sobre esta idea hace cinco años, a partir de mediciones menos fiables realizadas con el radiotelescopio de 30 metros del Pico Veleta en España. "Tenemos datos cada vez más fiables", señala Lellouch, coautor con Hartogh de un futuro artículos sobre los resultados del Herschel en la revista Astronomy & Astrofísics. Una posible explicación para la abundancia de monóxido de carbono es que Neptuno tiene un depósito profundo y estable de gases que poco a poco escapan de su interior. Pero en sus mediciones anteriores, Lellouch midió el doble de monóxido de carbono en la estratosfera que en la troposfera. Debido a que la estratosfera es mayor en la atmósfera del planeta, la hipótesis de una fuente interna parece menos probable. "Estamos seguros ahora de que debe haber una fuente externa de monóxido de carbono", dice Leigh Fletcher físico planetario de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, que no participó en esta investigación. A principios de este año, Fletcher publicó un estudio que describía las abundancias más altas de monóxido de carbono de la atmósfera de Neptuno, medidas por la misión japonesa infrarrojo AKARI. "El método más espectacular es que el planeta sufriendo impactos cometarios", señala. Pero Fletcher afirma que existe una segunda fuente externa posible de monóxido de carbono: la lluvia constante de polvo y micrometeoritos que sufren todos los planetas. Cuando estas partículas erosionan la atmósfera de Neptuno, es probable que aporten el agua que contienen, junto con pequeñas cantidades de monóxido de carbono. Sin embargo, Lellouch ha descubierto que la estratosfera de Neptuno está mucho más enriquecida de monóxido de carbono que de agua, lo que habla en favor de la teoría de los cometas.Esto es así puesto que la temperatura de un impacto de un cometa es mucho más alta que la alcanzada por los micrometeoritos. Los impactos de cometaas proporcionan un entorno para una "química de choque", en la que el oxígeno ligado a los hielos del cometa son liberado para formar monóxido de carbono. Aunque Fletcher dice que la química de estas interacciones es aún poco conocida, Lellouch apunta al evento del cometa Shoemaker Levy 9, que en 1994 se estrelló contra Júpiter y que enriqueció su atmósfera con monóxido de carbono más que con agua. Lellouch dice que para las mediciones sean coherentes Herschel con sus cálculos iniciales, en los queproponía que un cometa de 2 kilómetros de diámetro impactó el planeta hace 200 años, un tamaño y un período de tiempo que permite que el monóxido de carbono se distribuya en los niveles que vemos ahora en la estratosfera. Debido a que Neptuno es más pequeño, no tiene la atracción gravitatoria de Júpiter, pero su proximidad alCinturón de Kuiper, un conjunto de desechos helados en el sistema solar exterior, significa que los grandes cuerpos helados tienen más probabilidades acercarse, sostiene Lucas Dones, un científico planetario en el Southwest Research Institute de Investigación en Boulder, Colorado. Dones sugiere que un cometa de 2 kilómetros podría golpear Neptuno cada 2000 años en promedio más o menos, lo que implicaría que sucedió un impacto en los últimos 200 años, algo sorprendente, pero "perfectamente plausible". Fuente original
Fuente: Eureka

Cinco misterios que esconde Neptuno

Hoy, Neptuno ha cumplido un año...neptuniano, se entiende. El planeta más lejano del Sistema Solar ha completado su primera órbita desde que fue descubierto por Urbain Le Verrier allá por el año de nuestro señor 1846 (sí, sólo Le Verrier. Me he olvidado de John Adams a propósito). Una magnífica oportunidad para repasar algunos misterios que todavía guarda con recelo este gigante de hielo. El telescopio espacial Hubble observó Neptuno el pasado junio y pudo comprobar la enorme actividad atmosférica que presenta el planeta (NASA). 1- El misterioso color azul No hay más que ver cualquier fotografía para entender por qué a Neptuno se le conoce como el gigante azul, pero lo que no es tan conocido es que nadie sabe qué lo hace tan azul. Según leemos en cualquier libro, el causante principal es el metano, pero el asunto es más complejo de lo que parece a primera vista. Al igual que su hermano Urano, la atmósfera de Neptuno está formada principalmente por hidrógeno y helio, gases que son básicamente transparentes en todas las longitudes de onda visibles. Pero el metano, que constituye el 3% de la masa de la atmósfera de estos planetas, se caracteriza por absorber fuertemente las longitudes de onda más largas (los colores rojizos y anaranjados, vamos). La presencia de metano explica el color verde azulado de Urano, pero no el azul marino de Neptuno. Hay algo más en la atmósfera que lo hace azul. Es posible que la niebla fotoquímica de la troposfera formada a partir de la acción de la luz ultravioleta del Sol sobre el metano contenga algún tipo de compuesto o compuestos causantes de este azul oscuro. Quizás, pero quién sabe.   Nubes de metano y tormenta gigante observada en 1995 por el telescopio Hubble (NASA).  2- Un planeta con...¿gotas de lluvia gigantes? Otro gran misterio es la ausencia de zonas y bandas en la atmósfera. Mientras que Júpiter y Saturno presentan vistosos cinturones nubosos, Urano y Neptuno muestran una superficie homogénea salpicada aquí y allá por cirros de cristales de metano y tormentas de color azul profundo. La falta de bandas podría explicarse si la atmósfera careciese de procesos de convección vigorosos que faciliten la formación de estructuras atmosféricas verticales. Puede. O puede que no veamos grandes estructuras nubosas en la troposfera porque el metano se condensa y precipita hacia el interior antes de que se puedan formar nubes. Como Neptuno tiene veinte veces más metano en su atmósfera que Júpiter y Saturno, cabe la posibilidad de que se formen gotas de lluvia gigantes del tamaño de un balón de playa. Las gotas se precipitarían hacia las regiones más densas de la atmósfera, donde se volverían a evaporar. Así, que ya sabes, si algún día te decides a volar por los cielos neptunianos, mejor llevarse un parametanos. Una futura sonda desciende en Neptuno por un cielo cuajado de gotas de metano gigantes (Michael Carroll).  3- ¿Un interior de diamantes? Si la atmósfera neptuniana es misteriosa, su interior lo es aún más. Se supone que debajo de la atmósfera de hidrógeno y helio se encuentra un manto líquido compuesto por estos elementos y varios hielos (agua, metano, amoníaco, etc.), seguido por un núcleo de hielo y roca. Se supone, pero nadie lo puede afirmar con certeza. Por lo que sabemos, el manto de Neptuno podría estar repleto de diamantes gigantes.   Posible estructura interna de Neptuno (NASA).   Composición interna de los planetas del Sistema Solar. ¿Ves los signos de interrogación en Urano y Neptuno? (NASA).    Urano y Neptuno forman un grupo de planetas por sí mismos: los gigantes de hielo (NASA). 4- Demasiado calor Neptuno y Urano son parecidos, pero hay una diferencia fundamental (vale, dos si tenemos en cuenta la curiosa inclinación del eje de rotación de Urano): el calor. A pesar de hallarse mucho más lejos del Sol que Urano y recibir sólo el 5% de la energía solar captada por Júpiter, la "superficie" de Neptuno está casi a la misma temperatura que la de Urano (por cierto, se considera la superficie la zona de la atmósfera con una presión igual a 1 bar). ¿Por qué? Evidentemente, este exceso de calor se debe a algún proceso interno, probablemente debido a la precipitación de varios compuestos en el manto planetario o quizás por culpa de la conversión entre varios estados del hidrógeno, pero el caso es que nadie lo sabe. Para rematar el misterio, la atmósfera de Neptuno no ha parado de calentarse en los últimos veinte años, a pesar de que en este tiempo el planeta se ha alejado del Sol en su órbita. La Voyager 2 observó en 1989 nubes de cristales de hielo de metano proyectando sombras sobre la capa principal de nubes de metano (NASA).   La estratosfera de Neptuno ha aumentado su temperatura en las últimas décadas (NASA).    El interior de Neptuno es demasiado caliente comparado con Urano (NASA).  5- Tormentas gigantes que desaparecen y vientos veloces Mientras que Urano apenas presenta formaciones nubosas dignas de mención, Neptuno desarrolla cada cierto tiempo tormentas gigantes de un profundo color azulado. Pero a diferencia de la Gran Mancha Roja de Júpiter, estas enormes formaciones del tamaño de la Tierra no son estables y desaparecen con el tiempo. Aparentemente, podríamos estar ante un ciclo de tormentas con una duración de cinco años, pero -una vez más-, nadie lo sabe con seguridad. Junto a las tormentas se observan formaciones de cirros de metano (formados por cristales de hielo de metano) que se elevan desde la troposfera por encima de la neblina fotoquímica y son empujados por vientos increíblemente veloces. Pero el mecanismo que alimenta estas tormentas no se entiende con precisión (en realidad se entiende muy mal). También se desconoce por qué los vientos que azotan la atmósfera de Neptuno son más veloces que los de Júpiter y Saturno pese a estar en el límite del Sistema Solar. Quizás se debe a la escasa turbulencia de la atmósfera provocada por las bajas temperaturas, pero lo cierto es que es un misterio. La famosa Gran Mancha Oscura observada por la Voyager 2 en 1989 desapareció pocos años después (NASA).   La Gran Mancha Oscura de 1994 vista por el Hubble (NASA).   Cambios atmosféricos entre 1996 y 1998 (NASA).   Estimación de los vientos en Neptuno (NASA).      Otros dos misterios: la disposición del campo magnético de Neptuno y sus finos anillos (NASA),  Como vemos, Neptuno está repleto de misterios. No es de extrañar que la Academia de Ciencias de los EEUU considere que una misión al gigante de hielo es una de las prioridades de las ciencias planetarias del siglo XXI. En cualquier caso, ¡felicidades, Neptuno! Desgraciadamente, no estaremos por aquí la próxima vez que celebres tu cumpleaños. Espero que nos disculpes.

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